"Las probabilidades de que esto se apruebe en el corto plazo son bajísimas, se requieren por lo menos dos años, y la probabilidad de que no se apruebe nunca también es alta", manifestó Negri, quien ejerció como funcionario del Servicio Europeo de Acción Exterior entre 2011 y 2014.
Diversos sectores de la región sudamericana, que atesoran grandes cuotas de poder tanto en Argentina como en Brasil, van a dar batalla contra el acuerdo, porque "la UE tiene estándares que implican una reconversión de la estructura productiva que no va a ser sencillo de llevar a cabo", explicó el politólogo.
"Hay ganadores y perdedores de ambos lados del Atlántico, sectores protegidos en el Mercosur, y agricultores europeos que van a resistir", puntualizó Negri.
En ese sentido, se requerirá "un nuevo pacto social que requiere transformaciones importantes y que no sé si el Mercosur está en condiciones importantes de hacer", señaló.
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Resistirán el acuerdo en Argentina los sindicatos argentinos, sectores industriales, y el segmento vitivinícola, "que es competitivo y razonablemente bueno", acotó el politólogo.
"Hay elementos del tratado que son conflictivos, no sólo que la UE pida cuotas de algunos productos y que por lo tanto el ingreso de productos agrícolas sea más limitado de lo que el Mercosur quiere, sino que además se protegen productos con denominación de origen", detalló el experto argentino.
"Hay buenas posibilidades de que el acuerdo no salga, y si prospera, necesita el acompañamiento de la industria latinoamericana, una reconversión para que puedan competir que va a ser muy trabajosa y que va a ser resistida", consideró Negri.
El texto no sólo debe estar traducido a los 24 idiomas oficiales de la Unión Europea, sino que también debe estar aprobado por los Congresos de los cuatro países integrantes del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay), por el Parlamento Europeo y por los 28 Estados miembro de la UE.
Idoneidad
Tras 20 años de negociaciones fue sellado este acuerdo que abarca un mercado total de casi 800 millones de habitantes y que constituye el mayor convenio comercial que alcanzan ambos bloques en su historia.
"Ésta era una de las últimas oportunidades de una Unión Europea abierta al comercio", afirmó Negri.
El acuerdo con el Mercosur, en ese sentido, supuso una bocanada de aire para una UE que, en plena batalla comercial entre EEUU y China, "vio su oportunidad para configurarse como actor de peso en el escenario regional".
También para el Mercosur el acuerdo representa una buena noticia "porque sacude la modorra del bloque, que lleva diez años o quince años estancado, y lo enfrenta a la discusión de qué va a venir después".
En América de Sur es destacable la determinación del presidente argentino, Mauricio Macri, pues el acuerdo con la UE fue un objetivo que el mandatario se trazó en su Gobierno.
"Más allá de si el convenio es bueno o malo, el Gobierno tuvo por política central la idea de "volver al mundo", de generar relaciones más cordiales con potencias como la UE o EEUU, en un contexto en el que no tiene tantos logros para mostrar", detalló Negri.
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En ese sentido, Macri lideró las negociaciones ante un desconcertado Brasil, que no tenía claros sus objetivos en política exterior, más allá de haber amenazado con su intención de apostar por un Mercosur más flexible que le permitiera negociar acuerdos por fuera del bloque.
El comisionado para la Agricultura y el Desarrollo Rural de la UE, Phil Hogan, advirtió que el bloque sólo abrirá su mercado a productos agrícolas "con un control cuidadoso de cuotas que asegure que no hay riesgo de que ningún insumo inunde los mercados europeos y amenace el estilo de vida de los agricultores europeos".
Los integrantes del Mercosur también se comprometen a proteger de posibles imitaciones 357 productos de bebidas y alimentos de alta calidad reconocidos con denominación de origen.
El 63 por ciento de las exportaciones argentinas a la UE son productos agrícolas.
La desgravación arancelaria que deben adecuar los países del Mercosur se implementarán en períodos de entre 10 y 15 años en promedio, mientras que la retirada de aranceles de los productos sudamericanos se realizará de manera inmediata.