"Éste es el acuerdo más importante que hemos firmado en nuestra historia", señaló el mandatario junto al presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, desde la ciudad japonesa de Osaka.
Esa realidad tiene que ver con la historia y la cultura de la región "porque la mayoría de las corrientes migratorias que recibimos en Sudamérica siempre han sido de Europa", añadió el jefe de Estado argentino.
Por eso el documento convenido entre la UE y el Mercosur, que todavía no se ha dado a conocer en su detalle, es un "acuerdo natural" que incidirá en el crecimiento de la región "no sólo por el comercio, sino también por el flujo de inversiones, que es tan importante como el comercio", subrayó el presidente.
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El acuerdo de libre comercio dará previsibilidad al establecer normas claras y estables, lo que incidirá también en la creación de empleo, resumió ante la presencia de la canciller alemana, Angela Merkel, el mandatario francés, Emmanuel Macron, el de Brasil, Jair Bolsonaro, y el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez.
Durante su disertación, el presidente de la Comisión Europea reseñó que las empresas europeas se ahorrarán "4.000 millones de euros en aranceles en frontera" gracias al acuerdo entre los dos bloques comerciales.
Al mismo tiempo, la unión aduanera sudamericana tendrá acceso al mercado más grande del mundo, integrado por 500 millones de habitantes, "prácticamente sin aranceles", puntualizó Juncker.
"La política comercial de la UE está a favor de defender nuestros intereses espero siempre con un espíritu de cooperación multilateral, y el acuerdo logrado con Mercosur habla mucho más que millones de declaraciones y comunicados", sostuvo el funcionario de Luxemburgo.
El convenio debe ser ratificado no sólo por los Congresos de los cuatro integrantes del Mercosur, sino también por el Parlamento europeo, en donde el texto debe ser avalado, como mínimo, por 16 de los 28 Estados miembros que representen al menos el 65% de la población comunitaria.
El Mercosur está integrado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, con Venezuela suspendida y además previamente ajena a las negociaciones comerciales con la UE.