"Va a ser duramente castigado, claramente perderá el cargo y probablemente no podrá ejercer de abogado", pronosticó Greenwald en una comparecencia en la comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados.
Greenwald remarcó que todo el contenido es verdadero, que se hicieron todas las verificaciones posibles y que se obtuvo a través de una fuente secreta, y no a través de un grupo organizado de hackers, como sugirieron recientemente el propio Moro y otros miembros del Gobierno.
En este sentido, el periodista, que ya reveló el escándalo de escuchas ilegales de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA, por su sigla en inglés), lamentó que Moro haya escogido una estrategia muy "cínica" de defensa, intentando "engañar" a los ciudadanos para que piensen que el material no es auténtico.
Además, resaltó que el ministro nunca negó de forma tajante que las conversaciones sean reales, sino que sugirió que "podrían haber sido alteradas".
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Greenwald defendió además que, al contrario de lo que dicen sus detractores, su objetivo es fortalecer la lucha contra la corrupción: "Es imposible luchar contra la corrupción usando un comportamiento corrupto".
Por el momento, el presidente Jair Bolsonaro mostró su apoyo a Moro y no hay ningún indicio de que piense destituirlo a corto plazo.
Los abogados del expresidente Lula usaron las informaciones reveladas por The Intercept para reforzar una petición ante el Tribunal Supremo Federal que exige que Lula sea puesto en libertad.
Argumentan que su condena debe anularse porque fue juzgado y condenado en primera instancia por Moro, que en su opinión nunca tuvo un comportamiento imparcial.