"Evidentemente no tengo nada que esconder, la idea fue venir aquí espontáneamente para aclarar mucho en torno de sensacionalismo que se está creando sobre esas noticias", dijo el ministro en el principio de su comparecencia.
En otros mensajes, Moro habla despectivamente de los abogados del líder del Partido de los Trabajadores (PT) y alerta a los fiscales para no incomodar al expresidente conservador Fernando Henrique Cardoso (1995-2003), porque dice que su apoyo es importante para el progreso de operación anticorrupción.
En su exposición a los parlamentarios, Moro no negó categóricamente la autenticidad de los mensajes, aunque añadió que podrían haber sido alterados.
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En todo caso, resaltó, si son verdaderos no ve ningún problema, ya que según en su opinión y la de varios juristas que citó en su discurso, no contienen ningún tipo de infracción.

Para Moro, lo importante es que hubo una "invasión criminal" a teléfonos celulares de autoridades brasileñas con el objetivo de acabar con la Operación Lava Jato y debilitar las instituciones brasileñas, y que por lo tanto todo el contenido que está siendo divulgado no debe tenerse en cuenta porque tiene un origen ilícito.
El ministro resaltó que esa actuación procede de un grupo criminal organizado, y al ser preguntado por senadores aliados del Gobierno, no descartó que estén involucrados agentes o países extranjeros.
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Para argumentar que siempre fue un juez imparcial y que no estaba amañando nada con los fiscales, Moro aseguró que de, las 90 denuncias que presentó el Ministerio Público Federal en Curitiba, 45 fueron sentenciadas, y que los fiscales recurrieron 44 de esas 45 sentencias.
Moro fue el juez que condenó en primera instancia al expresidente Lula por presuntos delitos de corrupción y blanqueo de dinero.
El exmandatario está preso en Curitiba desde abril del año pasado cumpliendo una condena de ocho años y diez meses de prisión.
Lula siempre sostuvo que fue víctima de una persecución judicial y mediática para apartarle del poder evitando que su candidatura saliera adelante en las elecciones de 2018, en las que partía como favorito muy por delante de Bolsonaro.
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Para el entorno del expresidente, las recientes filtraciones le dan la razón; sus abogados añadieron las conversaciones reveladas por The Intercept al recurso que ya presentaron hace tiempo en el Tribunal Supremo Federal pidiendo la anulación de la condena alegando que Moro nunca fue un juez imparcial.