"El actual Tratado de Reducción de Armas Estratégicas, o START III, es, de hecho, el último bastión capaz de impedir que se repita la situación en materia de misiles y armas nucleares que existió durante los períodos más oscuros de la Guerra Fría", dijo Venedíktov en la reunión internacional de altos representantes para asuntos de seguridad en la ciudad de Ufá.
Suscrito en 2010, el acuerdo entró en vigor en 2011 y cubre un período de diez años con posibilidad de extensión de por cinco años más. Washington todavía no ha decidido si quiere prorrogarlo.
El acuerdo limita la cantidad de misiles balísticos intercontinentales, misiles balísticos lanzados desde submarinos, bombarderos con armas nucleares y ojivas nucleares.
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Las conversaciones ruso-estadounidenses para extender el tratado se han atascado debido a los recelos recíprocos sobre el desarrollo de nuevas armas.
Por su parte, el asesor de seguridad nacional de EEUU, John Bolton, afirmó que Washington aún no ha decidido sobre la renovación del START III, sin embargo, considera que es poco probable.
El vicecanciller ruso Serguéi Riabkov señaló al respecto que Moscú "tomó nota" de las palabras de Bolton y considera, no obstante, que es necesario prolongar el acuerdo "en aras de la paz y la seguridad mundiales".
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Riabkov constató asimismo que EEUU "tiende a interpretar cada vez más a la ligera el concepto de la estabilidad estratégica".