"Queremos que Ciudadanos reflexione sobre su posición en la política, que se modifique una posición de obstaculización por una posición de construcción", dijo la portavoz del Gobierno, Isabel Celaá, en una comparecencia tras la reunión semanal del Consejo de Ministros.
Celaá justificó esta apelación a Ciudadanos calificando de "sorprendente" el hecho de que una formación que nació con vocación "centrista" no colabore en la construcción "de la única alternativa que actualmente hay para garantizar la gobernabilidad de España"
En ese sentido, Celaá negó que el Gobierno tenga nada que ver la queja expresada por el presidente francés Emannuel Macron al respecto y se limitó a decir que en Europa "no se ve natural" que los liberales pacten con la ultraderecha.
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Pese a los llamamientos del Gobierno y del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) a una abstención de Ciudadanos, los líderes del partido liberal insistieron en las últimas semanas en que no prestarán sus votos para facilitar la investidura de Sánchez.
El PSOE fue la formación más votada en las elecciones del pasado 28 de abril, en las que consiguió 123 de los 350 escaños que componen el Congreso de los Diputados, encargado de elegir al nuevo presidente del Gobierno.
Detrás del PSOE se situaron el Partido Popular (66 escaños), Ciudadanos (57), Unidas Podemos (42), Vox (24), Esquerra Republicana (15), Junts Per Catalunya (7), el Partido Nacionalista Vasco (6), EH Bildu (4), Coalición Canaria (2), Navarra Suma (2), Compromís (1) y Partido Regionalista Cántabro (1).
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A la vista de esos resultados, el rey de España, Felipe VI, trasladó al líder del PSOE y actual presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, el encargo de someterse a una sesión de investidura.
En caso de no conseguir el apoyo de la mayoría absoluta en la primera ronda de votación, Sánchez dispondrá de una segunda oportunidad en la que bastaría con el apoyo de la mayoría simple de la cámara (más síes y abstenciones que noes) para ser investido.
Formaciones de derechas como el conservador Partido Popular, los liberales de Ciudadanos, la ultraderecha de Vox e incluso la formación independentista Junts per Cataluña, comunicaron que no apoyarán la investidura de Sánchez ni por activa (voto favorable) ni por pasiva (abstención).
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Sin embargo, formaciones de izquierdas como Unidas Podemos o Esquerra Republicana de Cataluña sí se mostraron dispuestos a facilitar la investidura, lo en principio empujará a Sánchez a buscar los apoyos para su reelección entre fuerzas progresistas, aunque entre ellas se encuentran socios incómodos para el PSOE como los independentistas catalanes y vascos.