El mandatario ruso quiso aclarar su desacuerdo con la perspectiva que tiene de Rusia el ministro de Exteriores en funciones de España, Josep Borrell. "Es una nueva absurdidad hablar de una amenaza para España, que se encuentra al otro lado del continente europeo, por parte de Rusia. El ministro, tal vez, ya no se siente como ministro sino como un activista político, y de esta manera y con estas afirmaciones quiere consolidarse en este rol. No pasa nada, tal vez lleva trabajando de ministro desde hace poco. Con el transcurso de los años llegará a hacer declaraciones más ponderadas".
En este sentido, el Dr. Armando Fernández Steinko incide en la importancia de considerar que políticamente, Borrell viene de las décadas de 1980 y 1990.
"Aquí hay una especie de inercia cultural y diplomática que se basa en la ideología de Este a Oeste de la Guerra Fría. No hay que olvidar que el Partido Socialista [PSOE] se convirtió en el alumno aventajado de EEUU y de la OTAN al forzar un referéndum muy poco democrático y empujar a la sociedad española [elegir entre] salirse o no de la OTAN. […] Por ahí forma parte de esa estrategia. […] Pero yo creo que las inercias atlantistas dentro del PSOE son muy fuertes, sobre todo por parte de los dirigentes más históricos como Borrell".
El llamado del embajador de España en Moscú no encontró mucha empatía en el propio Ministerio de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación de España, desde donde manifestaron que les ha "sorprendido negativamente la reacción de Rusia. Creemos que ha sobrerreaccionado. […] Y nos ha sorprendido, si cabe aún más, que la hayan hecho pública". Tan pública como la entrevista que concedió Borrell.
Para medir si fue o no una sobrerreacción en caliente, basta recordar que pasaron unos días entre las declaraciones de Borrell y el llamado al embajador de España en Rusia al Ministerio de Exteriores ruso.
No obstante, el mandatario ruso sabe separar los tantos, y los separó: una cosa es lo que declaró el canciller en funciones, y otra cosa es la realidad de las relaciones entre ambos países. Subrayó que los rusos aman España y le desean prosperidad y todo lo mejor. Y fue un paso más allá: "Tengo buenas relaciones con el rey emérito Juan Carlos I y el ahora rey [Felipe VI]".
Asimismo, aseguró que Rusia no tiene interés por que se desintegren los países europeos. Respecto a la crisis en Cataluña, Putin declaró que "España debe decidir ella misma sobre los territorios donde hay problemas". Y echó mano de la historia: "Como saben, la Unión Soviética acogió a miles de niños españoles, la mayoría se quedó en nuestro país", recordó.
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Mientras, también este viernes y durante el coloquio ¿Qué Europa quieres?, organizado por el Consejo Europeo de Relaciones Exteriores en el Caixafórum de Madrid, y tras esas declaraciones de Putin, Borrell volvió a hablar. Opinó que Europa tiene una oportunidad pero sobre todo una necesidad de avanzar cuando China y Rusia están "acercándose" en el reto tecnológico. "El alma del conflicto de nuestro tiempo", alertó.
Esto ocurre un día después de que el presidente del Gobierno español en funciones, Pedro Sánchez, recibiera en La Moncloa al presidente del Concejo Europeo en funciones, el polaco Donald Tusk, para discutir el reparto de cargos en la nueva legislatura del Parlamento Europeo, y donde Sánchez busca que Borrell sea el futuro jefe de la diplomacia europea.
"Podría ser que Borrell intentara hacer méritos frente a Tusk y a ese sector de la opinión pública [que tienen sus menos con Rusia] europea encabezados por los países del Este de Europa, una posición antirrusa que no es generalizable y que no es tan fuerte en absoluto en los países de Europa Occidental. Podría hacer méritos para ser efectivamente elegido como el representante Exterior de la UE", concluye Armando Fernández Steinko.