La jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, anunció 14 medidas junto con las autoridades del Estado de México y la Secretaría de Medio Ambiente (Semarnat). Las entidades, reunidas en la Comisión de la Megalópolis, tomaron estas decisiones para atender la contaminación del aire en la Ciudad de México, que tienen a las emisiones de los transportes como centro del problema.
"Una de las cosas más importantes que se mencionaron fue que el transporte es la causa de la mayoría de las emisiones de los contaminantes", dijo a Sputnik Pablo Ramírez, coordinador de la campaña del aire de Greenpeace México.
Una perspectiva megalopolitana
El experto consultado por Sputnik resaltó que es fundamental una perspectiva "megalopolitana" incluyendo al Estado de México y la autoridad federal (la Semarnat) para atacar el tema cabalmente. Sin embargo, las normas sobre emisiones pueden generar algunos problemas.
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La autoridad anunció que se dispondrá gasolina con baja volatilidad entre marzo a junio en la megalópolis a partir del año 2020. También modificará la normas (NOM-016-CRE-2016) para prohibir la comercialización de otros tipos de gasolina en ese plazo.
"La nueva norma tiene que tener cuidado de no dejar fuera el tema del etanol y los combustibles ultra bajos en azufre, que no están siendo distribuidos en todo el país. Lugares como Monterrey tienen un grave problema debido a eso", señaló la fuente.
Por otra parte, la Jefa de Gobierno anunció la restricción de circulación vehículos de carga a horarios específicos —fuera de las horas pico y por las noches— así como un nuevo esquema de verificación vehicular a partir del año 2020.
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"La lectura que se le está dando al problema es la correcta. Se hizo un diagnóstico que el problema de la calidad del aire no sólo no disminuye, sino que se incrementa y esto se debe a un sistema de movilidad fragmentado e ineficiente", indicó.
"Eso también es un acierto. Es un precursor de ozono que, como bien decía el doctor Víctor Páramo [titular de la Comisión Ambiental de la Megalópolis], no estaba siendo regulado, así que ese tipo de cosas es importante", indicó Ramírez.
Lo que faltó
A pesar de la buena señal que emitió la autoridad, que refleja una correcta comprensión de las causas de contaminación del aire, Ramírez fue crítico ante la falta de una necesaria adecuación de las normas de salud y monitoreo ambiental.
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"En la presentación de las medidas, sólo se incluyó información de los sistemas de monitoreo de la Ciudad de México, porque los sistemas de los otros Estados de la República no son lo suficientemente robustos para hacer el diagnóstico que hizo la capital", señaló.
Así, sostuvo, la carencia de información del resto de la megalópolis —y del país— indica la necesidad de fortalecer su capacidad de control, porque "mientras no exista, es como estar tirando tiros al aire, sin saber bien por donde va la cosa".
"Las normas que ahora tenemos [que ponen los límites máximos permisibles de contaminantes en el aire] permiten tener concentraciones muy altas", dijo Ramírez a Sputnik.
"Mientras la contaminación esté en norma, no hay incentivos para cambiar las cosas. Es muy importante que las normas de salud ambiental mexicanas se homologuen con los estándares que marca la Organización Mundial de la Salud", concluyó.