Se trata de un asteroide de casi dos kilómetros de diámetro y bautizado como 1999 KW4, que pasó la Tierra a una distancia de 5,2 millones de kilómetros a una velocidad de más de 70.000 km/h. Está orbitado por una luna de unos 0,5 kilómetros de ancho.
La órbita del asteroide fue estudiada de antemano. En consecuencia, pudieron predecir bien su trayectoria y preparar las observaciones que mostraban si los humanos estaban listos para repeler un posible ataque de asteroides.
"Estos datos serán esenciales para la evaluación de estrategias de desviación efectiva en caso de que se descubriera que un asteroide tiene curso de colisión con la Tierra", explicó Olivier Hainaut, astrónomo de ESO.
"En el peor de los casos, este conocimiento también es esencial para predecir cómo un asteroide podría interactuar con la atmósfera y la superficie de la Tierra, permitiéndonos mitigar los daños en caso de colisión", afirmó.
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Didymos y su satélite Didymoon serán el objetivo de un futuro experimento de defensa planetaria. La nave espacial DART de NASA impactará sobre Didymoon con el fin de intentar cambiar su órbita alrededor de Didymos. Esto probará la posibilidad de desviación de asteroides. Después de la colisión, la misión Hera monotorizará el sistema de Didymos en 2026 para obtener información sobre la masa de Didymoon, las propiedades de su superficie y la forma del cráter dejado por DART.
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Los objetos celestes se acercan a la Tierra muy a menudo, algunos hasta pasan varias veces al mes. En total se conocen unos 20.000 objetos cercanos a nuestro planeta. Existe un pequeño riesgo de un eventual choque de la Tierra con 860 de ellos.