Según subrayó el también presidente de la organización Sociedad Planetaria, el principal problema es que "no sabemos cuándo va a ocurrir. Y si esto sucede, será un 'Ctrl-Alt-Del' (reinicio) de todo".
El científico explicó que, pese a que la NASA ya descubrió más del 90% de los asteroides potencialmente peligrosos para el planeta, hay numerosos meteoritos todavía desconocidos capaces de provocar daños "a escala local".
Nye subrayó que la comunidad internacional tendrá que unir sus fuerzas en caso de que un gran asteroide se dirija hacia la Tierra.
"Y luego, si tuviéramos suficiente tiempo —de varios años o, preferiblemente, décadas— podríamos lanzar una sonda que lo empujaría de su curso con un 'remolque gravitacional'", indicó Nye.
No obstante, en caso contrario, la humanidad se vería obligada a atacar el asteroide con una o varias naves para cambiar su trayectoria "por la fuerza bruta" o incluso detonar un arma nuclear cerca de la roca espacial para vaporizarla parcialmente, algo que también cambiaría su curso.
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Asimismo, el científico estadounidense mencionó el proyecto 'Abejas de láser', que consiste en enviar un 'enjambre' de pequeñas naves espaciales hacia el asteroide para luego atacarlo con rayos láser.