"Los americanos juegan al monopolio y los rusos al ajedrez en su política exterior", (David Goldman, periodista y economista, 2008)
La política exterior estadounidense, desde la caída de las Torres Gemelas ha sido un desastre absoluto que se agravó aún más con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca.
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Lo interesante de este plan llamado "Overexpanding and Unbalancing Russia" (Hacer, Sobre Expandir y Desequilibrar a Rusia), se publica en vísperas del próximo encuentro solicitado por el inquilino de la Casa Blanca con su homólogo ruso repitiendo ya la cansona y eterna estrategia norteamericana de tratar de asustar a los que consideran sus adversarios. En realidad este plan está concebido y utiliza prácticamente los mismos instrumentos de presión y amenazas que hizo Washington desde el inicio de la anterior Guerra Fría en 1945. De acuerdo a los estrategas de la Corporación Rand, "las opciones más prometedoras para doblegar a Rusia es a través de sus vulnerabilidades, ansiedades, sus puntos fuertes concentrando la mayor atención en sus debilidades, socavando las actuales ventajas de Rusia".
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Donald Trump en coordinación con el Congreso norteamericano ya está preparando cinco sanciones contra las compañías suecas e italianas que prestan sus barcos para instalar tubería en el Mar Báltico en la profundidad de 30 metros para el proyecto 'Nord Stream 2' que traería gas natural desde Viborg en Rusia hasta Greifswald en Alemania. Para el presidente norteamericano Nord Stream representa un desafío a las corporaciones energéticas nacionales que están tratando de abrir su camino a Europa desplazando a Rusia. Para lograr esta meta Washington olvidó completamente de la esencia de del mercado libre que está basado en competencia de acuerdo a las leyes internacionales. Sin embargo, la interpretación de las leyes de libre mercado por Norteamérica está basada en el uso de fuerza y fraude para satisfacer exclusivamente los intereses estadounidenses.
A tal extremo ha llegado EEUU que el secretario de prensa del presidente ruso, Dmitri Peskov declaró durante reciente conferencia de prensa que "Norteamérica en vez de competir honestamente con el Nord Stream prefirió actuar en Europa como en los tiempos de 'Salvaje Oeste'. Ellos mostraron sus armas a los europeos y les dijeron que deben comprar gas en EEUU y no en Rusia aunque el precio del gas norteamericano es 30% más alto que el gas ruso". Pero las necesidades energéticas europeas se imponen y a pesar de las presiones norteamericanas y las de sus aliados incondicionales ucranianos, polacos, suecos, estonios, letonios y lituanos el Nord Stream es apoyado por la mayoría de los países miembros de la Unión Europea y su construcción terminará para el fin de este año.
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El plan de Rand presta una especial atención a la lucha geopolítica contra Rusia aconsejando al gobierno de Trump entrenar mejor y entregar armas letales a Ucrania para crear un ambiente de la confrontación permanente con Rusia y a la vez hacer seducir a Bielorrusia para que inicie el alejamiento de Rusia y su acercamiento a EEUU a través de la liberalización de su Estado, su economía y política. Se hace mucho énfasis en este plan en expansión de influencia de EEUU en Cáucaso y en Asia Central. Pero donde más se descubre el rostro verdadero de esta corporación es en su consejo al gobierno de incrementar significativamente el apoyo a los rebeldes en Siria, es decir a los miembros del Estado Islámico para convertir los éxitos de Rusia en Siria en sus fracasos al estilo de Afganistán en la época de la Unión Soviética.
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No obstante, el rol más importante en los intentos de "sobre expandir y desequilibrar" a Rusia se lo otorgan los estrategas de la Rand a las fuerzas armadas y al complejo militar industrial. En realidad estamos frente a un intento de recrear el cuento de lo que se llamaba en la época de Ronald Reagan la 'Guerra de las Galaxias' impuesta a la URSS y que logró hacer sobre estimar al gobierno de la Unión Soviética la real capacidad destructiva de las supuestas nuevas armas espaciales de EEUU. Lo que tratan de no mencionar los autores del plan es el costo real de aplicación de todas estas medidas y sus consecuencias para la economía norteamericana y el bolsillo de sus ciudadanos
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El estudioso norteamericano Stephen I. Schwartz afirmó que "desde 1940 a 1996 EEUU gastó para el armamento convencional y armas nucleares 5.5 millones de millones de dólares que representaron el 29% de todo el gasto militar y el 11% del presupuesto del gobierno federal. A la vez, "cientos de miles de ciudadanos norteamericanos y soviéticos estuvieron expuestos a los subproductos radioactivos y tóxicos como resultado de producción y pruebas de las armas nucleares" (The New York Times, 17 de mayo de 1999). En total EEUU tuvo que gastar en su "Guerra de las Galaxias" llamada oficialmente la 'Iniciativa de Defensa Estratégica' (SDI) y puesta en marcha en 1984 más de 139 mil millones de dólares.
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Lo curioso es que mientras EEUU está empeñado en rodear a Rusia con sus bases militares, el gobierno ruso siguiendo una antigua tradición nacional mantiene silencio sobre su estrategia y sus planes para contener a Norteamérica. Mientras tanto su ejército está en un proceso de modernización hipersónica. Los informes de la prensa globalizada que hablan sobre las bases rusas en Nicaragua y Venezuela que representan un peligro para la seguridad de EEUU son 'fake news', cuentos diseñados para el consumo interno norteamericano y europeo. Para Rusia la vulnerabilidad de EEUU no está en América Latina que está muy lejos de Rusia para una acción militar en el caso de una guerra.
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Lo mejor que les queda a los norteamericanos es contener su retórica belicosa hacia Rusia y acordarse de lo que aconsejó a sus ciudadanos uno de los Padres Fundadores de EEUU, Benjamin Franklin: "Nunca hubo una guerra buena ni paz mala".
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK