Antes de que fuera presentada la primera foto del agujero negro en la galaxia M87, que se encuentra a una distancia de 50 millones de años luz de la Tierra, solo hubo simulaciones y representaciones artísticas de la apariencia que podría tener este fenómeno del espacio.
Juntos alcanzaron una potencia que tendría un telescopio de 10.000 kilómetros de diámetro y el volumen de los datos recopilados fue tan enorme, que se tardó unos dos años en procesarlos.
No obstante, Serguéi Popov, astrofísico e investigador de la Universidad Astronómica Estatal de Moscú, afirma que esto es solo el comienzo, puesto que se pueden construir telescopios adicionales para perfeccionar el programa y obtener unas imágenes de mayor calidad.
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