"Las fuertes confrontaciones van a seguir (entre Ejecutivo y Legislativo), pero no creo que (el presidente) esté pensando en una cuestión de confianza. Tampoco creo que el Legislativo esté buscando la vacancia (destitución) presidencial pues a ninguno le conviene tomar esos caminos", dijo Aráoz a la agencia estatal Andina.
En Perú, la cuestión de confianza es un mecanismo constitucional por el cual el Ejecutivo puede conminar al Congreso a que otorgue su respaldo a una política de Estado.
Actualmente, se especula que el Ejecutivo exigiría el respaldo para los proyectos de ley que conforman la reforma política que busca sacar adelante, y que dependen del Congreso para que les dé luz verde para su debate en el Pleno; algo que el parlamento se rehúsa a hacer.
Según la cuestión de confianza, si en un sólo mandato presidencial el Ejecutivo pide su respaldo al Congreso y éste se lo niega por segunda vez, el jefe de Estado puede proceder al cierre del parlamento y a convocar nuevas elecciones legislativas.
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En el gobierno actual, al Congreso ya se la aplicó la cuestión de confianza una primera vez en 2017 y éste le negó su respaldo al Ejecutivo, por lo que una segunda negativa de respaldo podría facultar al presidente a proceder con el cierre.
La tensión entre Vizcarra y el Congreso aumentó el martes, cuando una comisión legislativa votó en contra de acusar al fiscal supremo Pedro Chávarry, sospechoso de entorpecer la labor del equipo Lava Jato, que investiga los casos de corrupción relacionados con Odebrecht, y de otorgar favores judiciales a miembros de Fuerza Popular involucrados en lavado de activos por esa causa.
Esta decisión fue criticada por el presidente Vizcarra, que acusó al Congreso de "blindar" a personajes corruptos mientras el Ejecutivo busca sacar adelante una reforma política que persigue "combatir la corrupción" a través de nuevas leyes.