"Teniendo en cuenta las duras pruebas que vivió últimamente, especialmente la pérdida de algunos seres queridos [su esposa, Marisa Letícia, su hermano Genival Inácio y, más recientemente, su nieto Arthur, de sólo 7 años] quiero manifestarle mi proximidad espiritual y pedirle que no se desanime y continúe confiando en Dios", dice el Papa en la misiva, datada el 3 de mayo en el Vaticano.
En su mensaje, Lula le hablaba al Papa del dolor por haber perdido a sus familiares, sobre todo a su nieto, estando en la cárcel, y le explicaba que seguía luchando para probar su inocencia.
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En su respuesta, Francisco comienza agradeciéndole a Lula sus informaciones sobre el contexto sociopolítico brasileño: "Me será de gran utilidad", dice.
El Papa continúa remarcando que la responsabilidad política es "un desafío permanente" para los que reciben el mandato de servir a su país, y que la política puede ser una forma de caridad, si se implementa "con respeto fundamental por la vida, la libertad y la dignidad de las personas".
Esta es la segunda vez que el Papa se comunica con el líder izquierdista desde que este fue enviado a prisión en Curitiba (sur de Brasil) en abril del año pasado.
En 2018, Francisco le hizo llegar un rosario bendecido y un mensaje de paz escrito en la versión italiana del libro "La verdad vencerá", que reúne varios textos que denuncian la detención del exmandatario.