Para Ricardo Ismael, politólogo y profesor de la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro, el expresidente sigue siendo una figura importante en Brasil, pero la legitimidad de su autoridad política pasó a ser cuestionada.
"Hay un desgaste (…) sobre todo en las regiones del sur, sudeste, centro-oeste y, aunque en el noreste todavía conserva un poco del capital político —principalmente en función de los programas sociales llevados a cabo durante su Gobierno—, hoy existe un cuestionamiento mucho mayor acerca del liderazgo política de Lula, incluso en el campo de la izquierda", evalúa el profesor en una entrevista con Sputnik Brasil.
"El PT se prendió a la bandera de 'Lula Libre' como su principal bandera de acción. El partido se vincula de forma muy personalista a la figura de Lula sin [presentar] una agenda más allá de él", considera Couto.
Izquierda fragmentada y carente de renovación
Para Couto, Fernando Haddad podría ser el representante de un PT más moderno y actualizado, pero también está "preso a la imagen de Lula", lo que hace que deje de ser una alternativa viable.
"La centroizquierda necesita reformatearse para enfrentar cuestiones en las que la derecha asumió el protagonismo, como en el caso de la lucha contra la corrupción, la criminalidad y la crisis económica. Como Lula sigue siendo la principal figura del PT, impide la renovación dentro del partido y, de cierta manera, incluso dentro del campo de la centroizquierda", puntualiza Ismael.
Para Couto, es prematuro confiar en que los nuevos líderes lleguen a tener el protagonismo de Lula en breve. Para él, jóvenes como Tábata Amaral (diputada federal), por ejemplo, son signos de oxigenación del sistema, pero "tomaría al menos unos 20 años para que ella sea comparable a lo que Lula se convirtió".
Fragmentación del espectro ideológico
El diputado federal Paulo Pimenta, líder del PT en la Cámara Baja del Congreso, subraya que el partido sigue siendo una importante representación del pueblo brasileño en la política, pero entiende que actualmente es importante la "construcción de un frente político en defensa de la democracia" que vaya más allá del protagonismo del PT.
"Vemos que la oposición puede sí ir adelante, aunque de forma negativa. Negativa en el sentido (…) de negar lo que el Gobierno propone. Es legítimo y no quiere decir que no puedan hacer eso, pero es poco para quien pretende mañana presentarse como alternativa de gobierno. (…) Para fortalecerse de hecho, la oposición va a necesitar algo más, una alternativa más efectiva y viable para el futuro de este país. Hasta ahora no vemos esto", critica Couto.
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