Para la portavoz de la diplomacia rusa, María Zajárova, es "otra provocación de Pristina que busca intimidar y ahuyentar a la población no albanesa y establecer el control sobre estas zonas con el uso de la fuerza".
Para Zajárova, "resulta a todas luces evidentes que la escandalosa actuación de los kosovares es consecuencia directa de muchos años de connivencia por parte de la UE y EEUU".
"Semejantes pasos llevan a la escalada de tensiones interétnicas y privan de sentido varios años de esfuerzos internacionales para lograr una solución de paz tras el conflicto" en Kosova, advirtió la diplomática rusa.
El Ministerio de Exteriores de Rusia emitió un comunicado en el que se dice que Moscú condena la detención en Kosovo de un empleado ruso de la misión de la ONU y exige que ese organismo presente toda la información referente a ese arresto y emprenda pasos concretos para su liberación.
"La detención se realizó pese a que el ciudadano ruso, como funcionario de la ONU, cuenta con inmunidad diplomática. Catalogamos lo ocurrido como un acto bochornoso del rumbo político que siguen las autoridades kosovares-albanesas, basado en provocaciones ", indica el comunicado.
Moscú exige además que la Misión de Administración Provisional de la ONU en Kosovo (MINUK) ofrezca información detallada de lo ocurrido y realice todos los esfuerzos que estén a su alcance para lograr la liberación inmediata de Krasnoschékov.
Poco antes se informó que el ciudadano ruso arrestado fue ingresado en un hospital de Mitrovica con heridas.
El mandatario mencionó también la detención de un empleado ruso de la MINUK, Mijaíl Krasnoschékov.
La Policía de Kosovo, por su parte, justificó la operación por "sospechas motivadas" de que algunos agentes de policía y civiles estaban implicados en "la organización de un grupo criminal".
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También la fuerza multinacional presente en Kosovo desde 1999, KFOR (por el acrónimo en inglés de Kosovo Force), declaró que se trata de una operación anticorrupción en base a las órdenes de busca y captura por el Tribunal de Pristina, sin despliegue de fuerzas militares. La KFOR sigue de cerca la situación y, si es necesario, está lista para intervenir y garantizar la seguridad de todas las comunidades de acuerdo con su mandato.