Un viejo proverbio afirma que para todo problema existe una solución. Y para el Caribe mexicano, el problema es grande. Toneladas de algas marinas conocidas como sargazo afectan la vida y el turismo de sitios como Cancún, Tulum, Playa del Carmen, entre muchos otros. Los turistas, fuente de ingresos para muchas familias locales, dejaron de ir a causa de esta "invasión".
Pero la Fundación Renovare propone una solución, realizar ropa sustentable a base de alga marina. "La idea surge a partir de una necesidad: ¿Cómo sacar provecho de un desecho? Algo así como hacer evolucionar el capitalismo a una forma sostenible. Así comenzó el sueño de hacer un calzado ecológico hace cinco años, fueron ensayos a prueba y error", dijo a Sputnik el fundador del emprendimiento, Jorge Emmanuel Castro.
Al sexto año, después de innumerables esfuerzos, sudor y lágrimas, desarrollaron un calzado a base botellas de plástico. Los grandes inventos suelen suceder de esta manera, hacen falta muchas pruebas para llegar al definitivo. Pero siempre hay una cuota de suerte.
"Hace unos 10 meses en una cena alguien comenzó a hablar del problema del sargazo en Quintana Roo. Yo no tenía ni idea del tema, pero tengo un lema: donde otros ven un desecho nosotros vemos una oportunidad", sostuvo Castro.
Más información: De la percha al plato: los microplásticos se convierten en parte de nuestra dieta
Esa noche no pudo dormir. Una voz deambulaba en su cabeza y para conseguir paz tuvo que ponerse a investigar sobre el problema. Entendió que la razón por la cual existe el fenómeno, que afecta las costas caribeñas mexicanas desde 2014, es por el incremento de la temperatura en los mares producido por el calentamiento global, y la contaminación del oceánica.
"El consumismo desmedido del hombre provoca cosas muy tristes", afirmó el inventor, que además es tercera generación de una familia dedicada a la elaboración de zapatos en Guanajuato, cuna del calzado de cuero mexicano.
Relacionado: Ocean Cleanup: cómo limpiar el océano de plástico de una vez por todas
Puso manos a la obra y un mes después obtuvo sus primeras muestras de sargazo para comenzar a experimentar. Cuatro meses más tarde habían logrado su primera suela hecha con a base de alga.
El proceso, que además de calzado permite fabricar ropa, implica pulverizar el sargazo seco para que se adhiera a las fibras de la tela. Pero además, como algunas de estas plantas marinas vienen contaminadas con restos de metales pesados, tuvieron que colaborar con científicos y biólogos para poder lidiar con este nuevo escollo.
Te puede interesar: El plástico invade nuestro espacio vital cada vez más
"Hoy contamos con un organismo natural que no contiene ningún elemento que pueda dañar la piel de las personas. A largo plazo la idea es tener toda una colección de zapatillas y ropa", explicó.
La Fundación Renovare no es una marca de ropa como cualquier otra, cada vez que alguien compra un producto suyo, además de contribuir con el cuidado del planeta, destina parte de su compra a ayudar niños con cáncer.
Además, gracias a su alianza con Plastic Oceans, destina recursos a limpiar los océanos, y con el programa 'Un par por una sonrisa', cada vez que alguien compra un par de zapatos, Renovare regala otro.
No te pierdas: Vivir sin plástico es más difícil de lo que creíamos… ¿será realmente posible?
"Para nosotros esto es mucho más que una empresa. Damos conferencias, queremos transmitir este tipo de filosofía. Creo que estamos aportando a que las generaciones futuras puedan tener un horizonte más brillante", indicó.
Cada par de suelas contiene 100 gramos de sargazo. Con su capacidad de producción actual utilizan 24 toneladas de esta planta marina por año, además cada par se hace utilizando cinco botellas de plástico de 600 mililitros, unas 36 toneladas de plástico anual.
"Pero todas estas cifras pueden ser incrementadas. Tenemos la capacidad para hacerlo. Somos una pequeña empresa con visión global. un planeta tierra llamado hogar, una vida llamada esperanza y una oportunidad de salvar la madre Tierra", concluyó.