El evento cinematográfico se hizo posible gracias al esfuerzo del Instituto Cervantes, la Biblioteca rusa de la Literatura Extranjera, la Galería Tretiakov, la Casa Central de Cine y otras entidades rusas.
Murcia destacó que en la organización del festival, que duró casi medio año, estuvieron enfrascadas más de 300 personas, entre ellas los empleados de las 18 embajadas "implicadas en el proyecto", así como los de las Cancillerías, los traductores de las cintas y el personas de las cinco salas donde se proyectarán las obras.
"Moscú tiene como por derecho propio, es una de las pocas ciudades del mundo que tiene representación diplomática de todo el mundo iberoamericano, (...) así que ha sido un trabajo del que justo estamos empezando a ver los efectos, son 10 días de cine en Moscú", subrayó.
El funcionario destacó además que confía en que el evento tenga "continuidad en el futuro", pues el entorno iberoamericano es uno de los más reconocidos mundialmente por su producción cinematográfica.
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Según el propio Instituto, "nunca ha habido tanto cine en portugués y en español en tierras rusas al mismo tiempo".