Un ejemplo es el caso chileno Doble Impacto. Este proyecto se encuentra en etapa pre-bancaria, que a pesar de no tener todas las funcionalidades del banco convencional presta dinero. En ese banco cualquiera puede invertir con poco capital y las empresas postulan para recibir el préstamo que necesitan para crecer.
Los proyectos son publicados, por lo tanto, cualquiera puede entrar a la web de Doble Impacto y ver cómo se mueve el dinero, a qué se dedican las empresas y en qué se invierte.
Colombia, Brasil y Uruguay se sumaron a este movimiento y están construyendo su propia banca ética pero de forma interconectada, con vocación más regional que nacional.
Conversamos con Joan Melé, catalán, banquero, líder de este movimiento a nivel mundial, presente en Uruguay en el marco del evento 'Fiis + Banca Ética', en dónde se presentó el estudio de prefactibilidad para este país.
"Latinoamérica tiene dentro del mundo un potencial increíble a nivel de recursos humanos. Eso tiene que ver con un espíritu joven: un entusiasmo y unas ganas de emprender que, por ejemplo, no existe en Europa", explicó.
"Cada país tendrá una iniciativa con sus leyes específicas, pero el apoyo mutuo va a ser un diferencial", agregó.
Melé habló de la diferencia entre los países en relación con la implementación de la banca ética.
"Estuve en Uruguay en noviembre y, en estos últimos seis meses, el equipo formado ha crecido más que el chileno. Lo mismo ha pasado en Colombia. Entonces no podemos comparar", explicó.
Melé también destacó el avance en otros países con cierta estabilidad económica, como Brasil. No así Argentina, que "será más complicado por una situación de inflación muy difícil".