Europa tiene terminantemente prohibido levantar su propio 'chiringuito' en términos de defensa comunitaria. Es lo que vino a decirle Washington a Bruselas, a la que, mediante amenazas, le niega el derecho a administrar lo que Max Weber llamó el monopolio de la violencia como ejercicio único o monopólico por parte del Estado, a través de un proceso de legitimación.
El analista militar Gustavo Morales Delgado apela a la historia para explicar el actual contexto que rodea esta situación. "Dwight Eisenhower, quien fue presidente de EEUU, advirtió que el complejo militar de fabricación de armamentos de EEUU sería extremadamente peligroso para la democracia, y no sólo para la de EEUU: lo es también para la democracia del resto del mundo".
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Y es que el 18 de abril último, el Parlamento Europeo dio la venia provisoria a la creación de un Fondo Europeo de Defensa con 13.000 millones de euros de dotación para el período 2021-2027. Éste permite la participación de empresas extracomunitarias a cambio de que la propiedad intelectual del proyecto sea europea de forma exclusiva, al tiempo de no permitir que terceros países impongan controles a la exportación del armamento manufacturado.
Algo que se potencia con las condiciones generales de la Cooperación Permanente Estructurada [PESCO, por sus siglas en inglés], mediante la cual 25 países del bloque comunitario han iniciado el desarrollo de 34 proyectos de armamento.
Es en este contexto que EEUU sintió que le tocaron la moral. Entonces, sacó la artillería pesada: o Europa le da la vuelta a la tortilla inmediatamente, o tomarán medidas simétricas al entender que con el proyecto europeo sus empresas quedarán en fuera de juego.
Por si el mensaje de la UE no había quedado claro, y ante la escalada de tensión entre Washington y Teherán, al día siguiente la ministra española de Defensa en funciones, Margarita Robles, ordenó la retirada temporal de la fragata Méndez con 215 marineros a bordo, del grupo de combate encabezado por el portaaviones USS Abraham Lincoln. Lo achacó a cuestiones 'técnicas'.
"Esto hay que verlo dentro de la normalidad. Se ha producido una interrupción temporal, provisional, de la integración de la fragata Méndez Núñez en el grupo de combate del portaaviones Abraham Lincoln teniendo en cuenta las previsiones pactadas con EEUU. Por una razón, porque la misión a la que está destinado el portaaviones no estaba prevista cuando se llegó al acuerdo […] No es un problema de Gobierno a Gobierno. No hablamos de una decisión de carácter político sino práctica y técnica. No hay que darle más relevancia”.
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Al respecto, Morales Delgado enfatiza que "España está alineada fundamentalmente con la política de la UE y a través del Gobierno del PSOE, muy especialmente, con la política francesa desde hace mucho tiempo. La retirada de la fragata Española 104 del tipo F-100 con sistema de control tecnológico avanzado Aegis, está motivada especialmente por el conflicto que está intentando iniciar Washington con Irán".
El analista incide en que España, como el resto de países europeos, considera que el acuerdo al que llegó en Viena el grupo 5+1 con Irán fue correcto. "La denuncia unilateral de EEUU con la presidencia de Donald Trump de este acuerdo es algo que ha sido muy rechazado por la UE en boca de la jefa de su diplomacia, Federica Mogherini. España ha retirado su fragata fundamentalmente porque el apoyo al portaaviones Abraham Lincoln corresponde a un intento de presión a la República Islámica de Irán, dado que lo que pretenden es entrar a través del estrecho de Ormuz en el Golfo Pérsico para amenazarla", concluye Gustavo Morales Delgado.