"Los asesinos de mi padre tienen nombre y apellido, y confío en que pronto sea reabierto el juicio para que respondan por el crimen", aseguró Dalton a Sputnik, a propósito del 44 aniversario de uno de los episodios más oscuros de la izquierda latinoamericana.
J.J., como conocen al también escritor y víctima de crímenes de lesa humanidad durante la guerra civil (1980-1992), ha dedicado su vida a acumular evidencias y pruebas contra los autores del crimen.
Varias investigaciones y testimonios evidencian que Dalton, antes de morir, fue torturado por sus propios compañeros del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), una de las cinco organizaciones guerrilleras fusionadas luego en el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), devenido partido político de izquierda.
"Yo no responsabilizo a la organización: Edgar Alejandro Rivas, Joaquín Villalobos, Jorge Meléndez y Humberto Portillo fueron los instigadores de esa muerte injusta. El propio Villalobos confesó que la muerte de Roque obedeció a un debate político en el ERP", afirmó Dalton.
El periodista señala que Juan Ramón Medrano, excomandante de las ERP conocido como el "Chino" Baltazar, relató en un libro de testimonios que el supuesto juicio contra Dalton, lejos de ser un proceso político, "fue una exhibición de violencia y tortura".
Recordó que tanto Villalobos como Meléndez (actual titular de la Dirección General de Protección Civil) primero reconocieron su participación en el hecho, y luego lo negaron y acusaron a los herederos de Dalton de difamarlos.
Según confidencias obtenidas por Juan José, los asesinoss encomendaron a una mujer que detonara petardos, con el pretexto de celebrar el Día de la Madre, para enmascarar los disparos que pusieron fin a la vida de Dalton y del sindicalista Armando Arteaga.
El segundo hijo del intelectual dejó sus estudios de periodismo para unirse a las Fuerzas Populares de Liberación (FPL), y en octubre de 1981 convalecía de un balazo en un pulmón en el departamento de Chalatenango (noroeste), cuando fue capturado, torturado y secuestrado por militares y policías.
Tras la firma de los Acuerdos de Paz, en 1992, Juan José Dalton esperó varios años para que la dirigencia del FMLN cumpliera su promesa de justicia y ayudara a esclarecer el crimen y a encontrar el cadáver de Roque Dalton, presuntamente arrojado en una llanura de lava sólida junto al volcán de San Salvador, conocida como El Playón.
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En 2009, tras una alianza del FMLN con el Partido Social Demócrata (PSD) encabezado por Meléndez, la familia del poeta interpuso una demanda ante la Fiscalía General contra los presuntos implicados en el crimen.
Pero tras una dilación, el caso fue abierto y cerrado en el mismo día con el argumento de que el delito había prescrito, aun cuando fue presentado como un crimen de lesa humanidad.
"Nosotros apelamos, porque aquello no fue un juicio, fue una patraña de la Fiscalía y el tribunal para que el crimen quedara impune, un proceso amañado en el que no tuvieron en cuenta las pruebas presentadas ni se hizo investigación fiscal", advirtió Dalton.
En julio de 2018, la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia admitió una demanda de amparo presentada por la familia Dalton contra la mencionada sentencia, y actualmente recaba información y evidencia para ordenar la reapertura del juicio.
"Mi padre era un tipo muy alegre, lleno de vida, con una sensibilidad humana grande, un sentido del humor inmenso, pero también fue un gran intelectual, con una mente genial. A los 39 años truncaron su vida, pero su obra es cada vez más conocida y universal, y confío en que la justicia llegará", concluyó el periodista.
Una "comisión de la verdad" establecida por las Naciones Unidas estimó que la guerra contra varios grupos insurgentes, luego unificados en el FMLN, dejó 75.000 muertos, la mayoría civiles.