De acuerdo a estas fuentes, las quejas fueron presentadas por empleados de la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés), así como por trabajadores actuales y antiguos de Boeing.
Según los interlocutores del diario, solo parte de estas quejas se refiere al sistema de estabilización o el funcionamiento de los sensores especiales cuyos fallos provocaron accidentes de aeronaves de este tipo.
Los investigadores del Comité de Transporte e Infraestructura de la Cámara de Representantes de EEUU recibieron en las últimas semanas varias quejas confidenciales relacionadas con los aviones de la serie Boeing MAX, dijeron las fuentes, al agregar que FAA las está estudiando aunque por el momento no ha terminado su análisis.
Dos catástrofes aparentemente similares —en el mar de Java y en Etiopía, con 189 y 157 muertos, respectivamente— provocaron una cascada de suspensiones por parte de aerolíneas y reguladores del transporte aéreo, dejando en tierra la flota global de los 737 Max y provocando un desplome de las cotizaciones de Boeing en la bolsa.
La investigación preliminar apunta a que los pilotos tuvieron dificultades con el software del estabilizador MCAS (siglas en inglés de Sistema de Aumento de las Características de Maniobras) y no lograron retomar el control de la aeronave.
El sistema MCAS baja automáticamente la trompa del avión cuando los sensores detectan un ángulo de vuelo muy elevado que puede llevar a que la aeronave entre en pérdida.
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Boeing ya avanzó que está reprogramando el MCAS de los 737 Max, para que los pilotos puedan contrarrestarlo con el control manual o para que se desactive automáticamente cuando los sensores del flujo de aire a ambos costados de la aeronave ofrezcan lecturas muy distintas.