Tras la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), el incremento de nuevos Estados independientes en África hizo crecer el sentimiento nacionalista en Mozambique, unido a la percepción de un trato vejatorio por parte de Portugal, Estado que colonizó varios sectores del continente a partir del siglo XIV.

El profesor Guillermo Navarro, de la Cátedra de Estudios de África de la Universidad de Costa Rica, dijo a Sputnik que la presencia cubana en Mozambique fue parte de un intercambio dentro del gran proceso de descolonización que se vivió el mundo en el siglo XX.
"Y no solo en este proceso de descolonización y transformación del panorama político europeo, sino también en la configuración de los propios movimientos independentistas africanos, que siempre se han relacionado con los grupos políticos afrocaribeños y afrocubanos", destacó Navarro.
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Es precisamente la relación entre los intelectuales críticos afrocaribeños y los propios africanos, lo que formuló los cambios políticos del proceso de descolonización. Y no sólo Cuba, en ese sentido debería pensarse al Caribe como un proceso conjunto con África marcado por las rebeliones de los descendientes africanos en América, explicó el catedrático.
"La descolonización en el caso de países como Mozambique, Angola y Guinea Bissau se inspira precisamente en estas redes de intercambio intelectual y político con Cuba, acompañados de la formación de frentes políticos", comentó el analista.
"Aquí fue trascendental el rol de Cuba", indicó Navarro. La Habana cooperó de forma directa con la independencia y descolonización de Mozambique donde se dio un intercambio político y material, como resultado de esa larga historia de activismo político, al igual que en el resto de las colonias africanas de Portugal.
Cuba proporcionó apoyo a movimientos de liberación y Gobiernos de izquierda en numerosos países africanos, como Angola, Etiopía, Guinea-Bissau y la República del Congo.
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Según Navarro, se tiende a pensar que el móvil cubano en estos procesos era más por la búsqueda de aliados socialistas y no así por la descolonización de los países africanos. Pero el experto costarricense aseguró que esta influencia sucedió más bien como un intercambio dentro del proceso global de descolonización que se dio en el siglo XX.
"De hecho, el proceso socialista cubano se inspiró no solo en un socialismo soviético sino también en un sentimiento antiimperialista que en la segunda mitad del siglo XX también articuló esfuerzos por la descolonización de África, Asia y el resto del Caribe", aseguró Navarro.
"Cuba se insertó en este proceso de descolonización con una independencia marcada por la hegemonía estadounidense y el fin de una dictadura. Por esto se pensaba en la Isla como un Estado en proceso de descolonización y de superación de las dinámicas antiimperialistas", mencionó el experto.
"También han pasado por crisis profundas por la transformación de los Estados y la reconfiguración de los procesos socialistas. En ese sentido la identificación existe pero las bases de esos procesos se encuentran en crisis en relación con las promesas sociales que habían promovido con la independencia", aseguró Navarro.
Según explicó, la descolonización tenía varios objetivos, no sólo la independencia. Significaba también la superación de las relaciones de poder con las metrópolis y promesas sociales, económicas y de educación que en muchos casos no han sido concretadas.
"A esto sumaron crisis globales como la caída del Campo Socialista, la crisis económica de Cuba y la introducción de políticas económicas del planificación capitalista. No obstante, es un gran éxito que hayan perdurado estos movimientos a nivel político a pesar de los fracasos", concluyó el experto.