"Hoy (24 de abril) nuestros equipos accedieron a los refugios por primera vez. El despliegue de un tercer convoy humanitario en Rukban sigue siendo urgente, para evitar la muerte de más niños", dijo Mueller.
La funcionaria agregó que las autoridades sirias se han negado hasta ahora a permitirle a la ONU organizar otra entrega de ayuda humanitaria al campamento.
"La ONU solicitó acceso para brindar asistencia de emergencia, pero las autoridades informaron que un convoy de ese tipo no sería posible. Continuamos abogando por un acceso pleno, sin impedimentos y continuo a los refugios, así como a las áreas de origen y destino, y a las personas en ruta, para apoyar adecuadamente las necesidades humanitarias de los que abandonan Rukban", explicó.
El campamento de refugiados de Rukban se encuentra en la zona controlada por EEUU alrededor de su base militar en Al Tanaf, lo que dificulta el acceso de los trabajadores humanitarios.
La ONU solo ha podido organizar dos convoyes humanitarios para Rukban desde noviembre de 2018.
De acuerdo con la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) de las Naciones Unidas, durante la última entrega en febrero, personal del organismo entrevistó a los residentes del campamento, 95% de los cuales dijo que quería abandonar los refugios para regresar a sus hogares.
Ambos gobiernos establecieron corredores humanitarios para que los refugiados abandonen el campamento y han organizado evacuaciones.
Damasco y Moscú también han tratado de llamar la atención de la comunidad internacional sobre las deplorables condiciones en el campamento, así como por la reticencia de los rebeldes respaldados por Estados Unidos y ese país a permitir que las personas abandonen el área.
En enero de este año, la Organización Mundial de la Salud (OMS) describió a las personas que residían en el campamento como "atrapadas", y viviendo "en condiciones deplorables".
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El suministro limitado de agua, el clima extremadamente frío y los servicios médicos que no funcionan bien contribuyen al aumento de enfermedades, que incluyen la influenza, el sarampión, la tuberculosis y las enfermedades respiratorias crónicas, afirmó la OMS.