Anteriormente, se informó que Sirisena dijo el 23 de abril que reemplazaría a los jefes de los servicios de seguridad y del departamento de policía en un plazo de 24 horas.
Al menos 359 personas, entre ellas 34 extranjeros, perdieron la vida a causa de estos coordinados ataques, según la última información disponible. Medio millar más resultaron heridas.
Las pesquisas preliminares sugieren que fueron atentados suicidas, obra de un grupo islamista local poco conocido hasta ahora, National Thowheeth Jamaath (NTJ, en inglés).
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Más tarde, se adjudicó la responsabilidad de los ataques el autoproclamado Estado Islámico (ISIS, grupo terrorista prohibido en numerosos países, entre ellos Rusia).
Las autoridades esrilanquesas decretaron varias medidas de excepción a raíz de los atentados y detuvieron a unos 60 sospechosos.