Tras la muerte de Franco, en 1975, los archivos se abrieron y se descubrieron nuevos documentos. Una nueva generación de historiadores españoles, que estudiaba en las universidades en los últimos años del franquismo, empezó a escribir libros sobre la Guerra Civil y numerosos hispanistas británicos y norteamericanos continuaron la senda abierta por los libros de Hugh Thomas y Gabriel Jackson en los años 60, explica Julián Casanova, del Instituto de Estudios Avanzados en Princeton (IAS, por sus siglas en inglés) y también catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Zaragoza (España).
No obstante, la salida a la luz de todos esos hechos y datos novedosos y contundentes sobre las víctimas de la Guerra Civil y de la violencia franquista ha provocado en los últimos años "un agrio debate en la sociedad española", admite el historiador.
En particular, hay mucha polémica en torno a la necesidad de retirar los restos de Franco del Valle de los Caídos. El 15 de febrero, la ministra de Justicia, Dolores Delgado, informó de la decisión del Gobierno de Pedro Sánchez de hacerlo.
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"El Valle de los Caídos simboliza el triunfo de Franco en la Guerra Civil, la espada y la cruz unidas por el pacto de sangre forjado en la guerra y consolidado por los largos años de victoria, la humillación de los vencidos", observa Casanova.
Según el historiador, es necesario conservarlo "como lugar de memoria, explicar cómo fue construido, su significado, la simbiosis entre la Iglesia católica y la política autoritaria".
Pero, al mismo tiempo, señala que "hay que sacar de allí los restos de los republicanos asesinados por Franco que fueron trasladados al Valle tras ser robados de fosas comunes, sin el consentimiento de sus familias, y hay que sacar de allí también al dictador".
"Una democracia no puede tener al vencedor de una Guerra Civil y dictador todopoderoso durante casi 40 años enterrado en el monumento que mandó construir para conmemorar la victoria en lo que ellos llamaron Cruzada", opina Casanova.Mientras tanto, todavía existen archivos de la Guerra Civil a los que no se puede acceder.
De acuerdo con Julián Casanova, lo que conviene hacer hoy en día en una sociedad bastante polarizada respecto a los resultados y consecuencias de la Guerra Civil es "retribuir moralmente y con la verdad a las víctimas de la violencia franquista, seguir educando en la libertad y responder ante las mentiras y la propaganda con trabajos rigurosos, bien escritos y difundidos".
Para el historiador, "no es un tema de reconciliación, porque sin ella la sociedad española no hubiera consolidado la democracia, sino de enfrentarse al pasado con libertad, sin ocultarlo y desmontando los mitos, independientemente de su procedencia ideológica".