El 1 de abril de 1939 Franco firmó el último parte de la Guerra Civil española que había comenzado en 1936, dando inicio a 36 años de dictadura. El documento, sellado por el Estado Mayor del Cuartel General del Generalísimo, anunciaba que la guerra había terminado tras el "desarme del Ejército Rojo". El 1 de abril pasó a ser celebrado como "Día de la Victoria" durante todo el franquismo.
El historiador y político español Javier Tusell escribió en 1991 —en la revista Espacio, Tiempo y Forma—, que durante las últimas semanas de la Guerra Civil española, Roosevelt había expresado a miembros de su gabinete su disconformidad respecto a la política franquista, y por ello "tardó" en otorgarle legitimidad a la dictadura de Franco. En febrero de 1939, el secretario de Estado estadounidense, Cordell Hull, propuso a Roosevelt que se establecieran contactos con los representantes de Franco en París.
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De todas formas, EEUU no fue el primer país en declarar su reconocimiento a la dictadura española.
A la inversa fue la postura política de México. Durante los años de la Guerra Civil española el país americano fue gobernado por el progresista Lázaro Cárdenas (1934-1940), quien no solamente recibió en su territorio a miles de refugiados de la República Española, sino que también dejó en claro que no reconocía al Gobierno dictatorial de Franco.
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Una vez terminada la contienda, el país que alguna vez fue colonia española rompió relaciones con el régimen franquista. Solo las reanudó en 1977, en épocas de la Transición, ya con Franco muerto y con la democracia en el horizonte cercano.