Un 19 de noviembre, pero de 1493, Cristóbal Colón descubrió Puerto Rico, la isla que en primer momento llamó San Juan Bautista. Desde ese día y por más de 400 años la isla perteneció a España, pero a finales del siglo XIX una nación cercana disputaría un supuesto derecho sobre este territorio.
El mercado más importante que se disputaban las grandes potencias era China, pero para llegar a este gran mercado los estadounidenses necesitaban crear un canal en el istmo de Centroamérica e incorporar bases carboneras en el camino. El territorio ideal era Filipinas, entonces colonia de España.
Además, ese canal debía ser resguardado de un posible ataque de las potencias europeas en el Atlántico y para defenderlo necesitaban Guantánamo, también en manos españolas.
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Para hacerse de estos territorios, tenían que intervenir en la guerra hispano-cubana, que les permitió golpear a España, alcanzar Filipinas y mostrarse al mundo como una potencia beligerante.
Todas estas colonias parecían ser presas fáciles, debido a la fuerte crisis política que sacudía su metrópoli desde el final del reinado de Isabel II. Así fue como el Gobierno de William McKinley decidió enfrentar a España, en lo que se conoció como la Guerra Hispano-estadounidense que concluyó con la firma de un acuerdo de paz en París el 10 de diciembre de 1898.
Desde entonces, perdura entre los puertorriqueños el sentimiento de seguir bajo el dominio de una metrópoli. En el siglo XX este poder superior afianzó sus lazos con la isla a través de la Ley Jones (1917), que otorgó a los puertorriqueños la ciudadanía estadounidense.
El texto 'Puerto Rico: la colonia más vieja del mundo', del catedrático costarricense Pedro F. Silva-Ruiz se describe cómo "desde entonces, y hasta nuestros días, (Puerto Rico) es colonia de Estados Unidos de América".
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El profesor Silva-Ruiz, jubilado de derecho de la Universidad de Puerto Rico, dice que los puertorriqueños deben enfrentar la "dura verdad" de su estatus político más allá de lo que dice la constitución de 1952, que lo consagra como un estado libre asociado (ELA) de EEUU.
Pero este catedrático no ha sido el único boricua con visión independentista. De hecho fue el juez federal José Trías Monge fue quien denominó a su país como "la colonia más antigua del mundo".
Por esta lucha también trascendió el boricua Oscar López Rivera, uno de los principales dirigentes del Frente de Liberación Nacional, detenido en 1981 por las autoridades estadounidenses y encarcelado en prisiones de máxima seguridad de EEUU.
Liberado en 2017 por el presidente Barack Obama —quien le concedió el perdón y conmutó su sentencia luego de 35 años preso—, López Rivera es considerado un líder nacionalista cuya causa contó con el apoyo de los premios Nobel Rigoberta Menchú, Adolfo Pérez Esquivel, Desmond Tutu, y por los artistas Ricky Martin, Rubén Blades, Andy Montañez, entre otros.
Qué significa Estado Libre Asociado
En 1953 Naciones Unidas retiró a Puerto Rico de la lista de territorios no autónomos. EEUU había propuesto una solución que otorgaría una descolonización aparente a los puertorriqueños y fue la denominación de Estado Libre Asociado.
Los boricuas que viven en la isla pueden votar en las elecciones internas estadounidenses, pero no las nacionales, y aunque tienen un delegado en el Congreso de EEUU, éste no tiene voto.
No obstante, el corte del lazo con EEUU parece no ser una opción para la mayoría de los puertorriqueños. En 2017 el 97% de los boricuas votó en un plebiscito a favor de la estadidad (es decir, formar parte plena de la Unión estadounidense). Menos de un 2% se manifestó a favor de la independencia y el resto en mantener el régimen de Estado Libre Asociado. Sin embargo, se suele señalar que estos comicios contaron con una baja participación.
La normativa se llamó 'Ley para la descolonización inmediata de Puerto Rico' y ofrecía tres opciones para los puertorriqueños: convertirse en el estado número 51 de EEUU, ser un país independiente o seguir con el estatus territorial actual.
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