"Hicimos casi todo lo posible para convencer a los europeos, principalmente a Alemania, de no construir el Nord Stream 2, pero hasta el momento no hemos tenido éxito", reconoció Pompeo durante un discurso en el Comité de Asuntos Exteriores del Senado de Estados Unidos.
Sin dar mayores detalles, señaló el compromiso de Berlín para continuar la implementación del proyecto transbáltico.
Al mismo tiempo, Washington continúa presionando a la parte alemana a favor de los intereses de Kiev. "Trabajamos con ellos para ver si hay una manera de, al menos, asegurar el suministro de algo de energía a través de Ucrania", informó Pompeo.
El jefe del Estado ruso también recordó que Washington se opuso al proyecto que la URSS y Alemania del Oeste idearon en los años 1960.
"Fue lo mismo con respecto al Nord Stream 1. Si este no existiera, ¿qué pasaría ahora con el sector energético internacional? Puedo decirlo: los precios serían aún más altos que hoy, eso es todo. ¿Quieren comprar recursos minerales a precios más caros? No", agregó Putin.
Además, Moscú explicó que con respecto al suministro de combustible ruso a Europa vale la pena hablar de interdependencia. No existe ninguna otra "ruta más segura y estable" ni un proyecto económicamente más viable que un gasoducto.
"Estamos en desacuerdo con las afirmaciones de que esto conduce a un aumento en la dependencia de Europa del gas ruso, porque estos proyectos no generan dependencia de nadie, sino que proporcionan interdependencia. Los europeos dependen tanto del gas ruso, como Rusia, como proveedor, depende de la demanda europea", explicó Dmitri Peskov, portavoz de Putin.
Según informó Gazprom el 9 de abril, ya hay tendidos unos 978 km de tuberías del Nord Stream 2 en el fondo del mar Báltico. Esto representa un avance del 40% del gasoducto.
"En general, no hay obstáculos legales que no nos permitan decir ahora que podremos completar la construcción de Nord Stream 2 a fines de 2019", dijo el presidente de Gazprom, Alexéi Miller.