Si nos adentrarnos en el desierto de Ica, al sur de Perú, encontraremos las enigmáticas líneas de Nasca, un símbolo del país. Sin embargo, no son las únicas que se pueden apreciar en este territorio.
El año pasado la utilización de drones permitió que se descubrieran unas nuevas figuras, más pequeñas que las primeras y diseñadas para ser vistas desde abajo (a diferencia de Nasca que se aprecian desde el aire).
"Decidimos hacer una exploración completa con drones, es decir, los ubicamos sobre toda la zona, independientemente de que hubiera o no alguna indicación de figuras. Esto nunca se había hecho antes", expresó el doctor Luis Jaime Castillo, profesor de arqueología de la Pontificia Universidad Católica del Perú y colíder del proyecto.
Tanto las líneas de Nasca como las figuras de Palpa se realizaron con la misma técnica que consiste en remover de la superficie unas piedras oscuras y revelar el manto de tierra clara que hay debajo.
Nunca faltan las teorías que relacionan la creación de las líneas de Nazca con la intervención de extraterrestres. Para el doctor Castillo esto refleja no solamente ignorancia, sino racismo.
"Generalmente ese tipo de argumentos tienen una connotación racista. Nunca falta un radical de derecha americano que piensa que fueron vikingos, extraterrestres o japoneses que vinieron hasta acá", agregó.