Las cajas de colores representaban los productos con los precios desproporcionados con los que se venden en las cadenas de supermercados más grandes del país. A un costado, las góndolas improvisadas tenían a precio accesible y popular los artículos de canasta básica de cooperativas y empresas pequeñas y medianas, que no tienen ninguna chance de competir en los anaqueles de las grandes tiendas minoristas, aunque no por sus precios.
El proyecto plantea que las ningún grupo empresario pueda ocupar más del 30% de las estanterías de los supermercados en cada categoría de productos. Grabois dio el ejemplo de los lácteos, un mercado absolutamente dominado por la empresa local La Serenísima.
"No puede ser que haya solo una empresa que tiene cinco marcas diferentes, todas al mismo precio, y que no haya competencia y no se le permita a las marcas más pequeñas, que tienen precios más competitivos, estar en los supermercados", dijo el dirigente a Sputnik.
Según su análisis, el Gobierno de Mauricio Macri ha destruido la industria nacional y al pequeño y mediano comerciante para beneficiar a una minoría de empresas dominantes.
Argumentó que el aumento desmedido de los precios no se produce por efecto de la ley de oferta y demanda sino que responde a una "cartelización" entre las empresas encargadas de la distribución y venta al público y la consolidación voluntaria de monopolios.












La ley fue presentada casi en simultáneo con otra similar redactada por el partido Coalición Cívica-ARI, que conforma Cambiemos a nivel nacional. El frente está encabezado por la polémica diputada nacional Elisa Carrió, quien también denunció la competencia desleal de la empresa de lácteos y busca establecer normas en la exhibición en góndolas que estimulen la variedad de oferta sin perjudicar a las empresas de menor volumen.
Los salarios no han crecido en igual medida y los trabajadores argentinos se han visto perjudicados por una pérdida del poder adquisitivo considerable, ya que cuando la inflación se ubicaba levemente por debajo del 50%, los sueldos subieron en un 27,9%.
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Un salario mínimo cubre menos de la mitad de la canasta básica, el conjunto de bienes y servicios que una familia promedio debe adquirir para no caer en la pobreza. Además de los alimentos, los aumentos de precios han sido particularmente notorios en los servicios como el agua, la luz y el gas, debido a la quita de subsidios del Estado nacional.