El experto estadounidense destaca en su artículo para la revista Foreign Policy que sin una competición libre y honesta, tal y como los ucranianos la ven, los logros democráticos alcanzados en los últimos cinco se deteriorarán y la afiliación a la democracia en Ucrania se debilitará.
Además, en febrero el presidente Petró Poroshenko firmó la ley que prohibió a los observadores rusos trabajar en las elecciones presidenciales de Ucrania.
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A su vez el portal Politico destaca que durante la campaña presidencial candidatos como la líder del partido Batkivschina, Yulia Timoshenko, han prometido de todo al electorado: desde rebajas bajas en las tarifas del gas —que subieron bruscamente a instancias del Fondo Monetario Internacional- hasta la concesión de parcelas de tierra libre.
"Dado el lamentable estado de la economía del país y la fuerte dependencia de Ucrania de los gastos públicos, estas promesas están lejos de ser realistas", escribe el medio al destacar que realmente Ucrania está gobernada por "el pluralismo oligárquico".
El periodista ruso Víktor Marajovskii considera que estos dos artículos comparten una opinión común. En particular, los observadores occidentales pronostican la estabilidad en los ámbitos de la política exterior y social.
"Ucrania, en sentido de aquel mismo pluralismo oligárquico sobre el que fue construido un tipo de estabilidad con bandera, himno y presidente, puede existir durante mucho tiempo y alegrar a sus dueños", destaca Marajovskii en su artículo para la edición rusa de Sputnik.
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Sin embargo, según el periodista, el papel del Estado en esta estructura se reduce solo a la coordinación de los intereses de la oligarquía y el cumplimiento de órdenes de la administración real.
"Todos los favoritos de la carrera presidencial prometieron cumplir con estas órdenes. Toda la construcción [de la estatalidad ucraniana] se mantiene en base a la fe de sus ciudadanos de que algo puede cambiar. Es decir, lo más importante para Occidente ahora es proteger esta ilusión", recuerda el periodista.
"Ahora nadie habla de este mantra. Todos han entendido que Europa del Este desempeña el papel de taller de montaje en la UE. Hoy en día Polonia, República Checa, Eslovaquia y en cierto sentido Estonia reciben millones de ucranianos que van a trabajar a esos países", enfatizó.
Al tema de la migración puede añadirse el problema gasístico, la guerra humeante en Donbás y las altas tasas de reducción de la población ucraniana.
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"En otras palabras, Ucrania no tiene nada que alcanzar actualmente. Es decir, no se vislumbra en absoluto cualquier tipo de futuro claro en su actual formato", concluye el autor del artículo.