Casi tres años de cruentas y sangrientas batallas (1936-1939) enfrentaron al Gobierno democrático de la Segunda República española con la insurrección de corte fascista liderada por Francisco Franco, quien tras vencer se instalaría en el poder hasta su muerte en 1975. La toma de Madrid por parte del bando sublevado finalizó el 28 de marzo de 1939, y días después terminó el conflicto armado cuyas heridas aún sangran en la sociedad española.
Pero de los grandes dramas de la humanidad nacen héroes, y en este teatro México, de la mano de su entonces presidente Lázaro Cárdenas, fue uno de ellos, aunque el mundo tenga mala memoria.
"Es una historia olvidada incluso por los propios mexicanos. Ha sido poco divulgada, pero es motivo de orgullo porque México ocupó un papel destacado en la ayuda a la República de España en tiempos de Guerra Civil", dijo a Sputnik Mario Ojeda Revah, investigador del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM, y autor del libro México y la Guerra Civil Española.
Las democracias occidentales atentas a lo que sucedía en España optaron por la no intervención, lo que, sumado al apoyo que los países del Eje suministraron a Franco, selló el destino de la República. Sin embargo México, a pesar de sus limitaciones, se mantuvo como fiel aliado de la democracia, ofreciendo asilo al exilio español tras la derrota republicana en 1939, fenómeno que continuó incluso hasta los años 50.
"Algo quizás menos estudiado fue el aporte que México dio a la República durante la contienda; socorro que llegó en forma de ayuda militar como armamento. Se habla siempre de fusiles Mauser que envió el país latinoamericano, con sus respectivos cargamentos y municiones" dijo.
Se trataba ayuda muy modesta comparada con la que recibía el bando apoyado por la Alemania nazi o la Italia fascista, o con la ayuda que la Unión Soviética ofreció a la República. "Pensemos que el México de 1936 era un país más bien pobre y atrasado, con un desarrollo militar que no podía competir con las potencias", agregó.
Quizás ahí radica el mérito y cobra valor la hazaña. "El hecho de que esta ayuda se diera de forma desinteresada, sin pedir a cambio una recompensa monetaria, habla muy bien de la solidaridad que tuvo el Gobierno de Cárdenas con la República española, que salvo por la Unión Soviética, se encontraba aislada del mundo", explicó.
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México jamás reconoció al Gobierno franquista, ni desde la caída de Madrid en 1939 en manos de sus tropas, ni hasta el fin de la dictadura marcada por la muerte del General en 1975.
"Durante 38 largos años no hubo vínculos diplomáticos formales entre ambas naciones, lo que no quita que los haya habido de otro tipo, como culturales y comerciales", indicó Ojeda Revah.
Sin embargo con el paso del tiempo esta gran muestra de solidaridad y humanismo se fue borrando de la memoria colectiva.
"Somos sociedades que olvidamos hechos recientes. Pareciera que Ayotzinapa [desaparición forzada de estudiantes en 2014] perteneciera a un pasado remoto y lejano. ¿Qué nos queda esperar de lo ocurrido en la Guerra Civil española?", preguntó el historiador.
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Por eso es importante, para Ojeda Revah, mantener vivo este hito y recordarlo por que se trata de "un orgullo legítimo que México puede tener en tiempos de oscuridad, cuando la humanidad estaba en manos de regímenes como los de la Alemania nazi, o la Italia mussoliniana, o la España franquista".
"Fuimos un faro, jugamos un papel destacado como refugio para los exiliados europeos antifascistas", concluyó.