Más de 2.000 personas, entre ellas niños, murieron a causa de los bombarderos. Los ataques dejaron a Yugoslavia en ruinas y la hicieron desaparecer de los mapas del mundo.
"Es una mancha de vergüenza que siempre quedará en la reputación de la OTAN. La Alianza no tenía fundamentos legítimos para realizar estas acciones, sobre todo carecía del mandato del Consejo de Seguridad de la ONU", reza el comunicado publicado por el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia.
Como resultado, según el ente, la OTAN socavó los mecanismos internacionales que garantizaron la paz y la seguridad en Europa durante muchas décadas.
"Con todo eso el problema kosovar no ha sido resuelto; al contrario, el territorio sigue siendo la principal fuente de inestabilidad y crisis en los Balcanes", reza el documento.
En la OTAN consideran que los bombardeos de Yugoslavia fueron "necesarios y legítimos" porque se emplearon con el objetivo de "parar la catástrofe humanitaria".
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