Ya sea una simple coincidencia, ya sea un ardid deliberado, pero las cronologías pesan cuando Trump ha movido dos fichas importantes en el tablero de ajedrez mundial: amén de recibir a Bolsonaro en la Casa Blanca, el presidente de EEUU afirmó su deseo de reconocer la repudiada anexión global de los Altos del Golán por Israel, que puede servir de aliciente para que Netanyahu permanezca en el poder.
Mientras Netanyahu echó el ojo al río Amazonas y al sector financiero de Sao Paulo, el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, literalmente fue a entregarse a los brazos de Trump —cuya proclama compartida es 'Dios, la familia y el país'—.
La reacción de la opinión pública brasileña no ha sido favorable, y no se puede eludir la hipótesis de que el arresto del expresidente Temer forme parte de un operativo publicitario para desviar la atención.
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El repudio al entreguismo de Bolsonaro se debió en gran medida al decreto del Gobierno brasileño de eliminar las visas al turismo de EEUU, ¡pero sin reciprocidad!
Más allá de que el eje Trump/Netanyahu/Bolsonaro haya reconocido a Juan Guaidó, autoproclamado presidente interino de Venezuela e insólitamente simultáneo presidente de la Asamblea, llamó la atención la coincidencia de posturas de EEUU y Brasil en referencia a Venezuela, que se quedaron a un paso de aprobar la invasión militar a la que se ha mostrado renuente el Ejército brasileño.
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El triple eje supremacista fascista Trump/Netanyahu/Bolsonaro aboga por el 'crepúsculo del socialismo' en el hemisferio americano, que pasa sobre el cadáver del presidente 'izquierdista' venezolano Nicolás Maduro.
Cabe recordar que dos de los hijos de Bolsonaro alardean de su adicción ideológica por los servicios secretos del Mossad y el Ejército de Israel.
La visita de Bolsonaro a los cuarteles de la CIA despertó la memoria de muchos portales, quienes recordaron que hace dos décadas el hoy presidente había pregonado el cierre del Congreso y que la única manera de cambiar al país era mediante una guerra civil.
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Lo más destacado de la conferencia conjunta de prensa de Trump y Bolsonaro ha sido el anuncio del presidente de EEUU de designar a Brasil como un aliado mayor de la 'No-OTAN' (que concede preferencias para la compra del equipamiento militar y cierto tipo de tecnología de EEUU), en similitud a Israel y Argentina, y quizá más adelante como miembro pleno de la OTAN.
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Por cierto, Colombia —bautizada como la 'Israel del Caribe y Sudamérica', título que le puede quitar Brasil— es el único país de Latinoamérica que desde el año pasado pertenece a la OTAN como 'socio global' y que no necesariamente le obliga a participar en sus aventuras militares.
No fue nada casual la presencia del ideólogo del 'trumpismo', Steve Bannon, como invitado de honor a la cena de gala de Trump a Jair 'Mesías' Bolsonaro, cuyo hijo Eduardo, hoy diputado, es representante del conglomerado político de extrema derecha 'Movimiento', con sede en Bruselas, curiosamente también sede de la OTAN.
✒️ @jairbolsonaro en EEUU: el placer de la sumisión https://t.co/eyzNKqtEMq
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) March 21, 2019
A cambio del apoyo de EEUU a la pertenencia de Brasil a la OCDE, el disfuncional Club de los Ricos cuya labor y desempeño se ignoran, Trump exigió a Bolsonaro ceder muchos de sus beneficios que tienen bajo su cobertura de la OMC, curiosamente presidida por el 'brasileño' Roberto Acevedo.
Pronto Bolsonaro aprenderá a su cuenta y riesgo lo que significa arrojarse a los brazos de Trump.
Durante su visita, de forma tangencial, "funcionarios de EEUU sin identificar"(el viejo truco) advirtieron sobre su colaboración con la trasnacional china Huawei y su liderazgo en las redes 5G, que son anatema para Trump.
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La candidez de los funcionarios brasileños ha llegado a grado tal de pretender "no involucrarse en la disputa de Huawei entre EEUU y China". ¿Entenderá el Gabinete de Bolsonaro que no se puede pertenecer a la OTAN y al mismo tiempo adoptar el 5G de la trasnacional china Huawei?
En China toman con mucho escepticismo los arrebatos de Bolsonaro y uno de sus comentaristas juzga que "Brasil jerarquizará sus intereses y no los de EEUU en el tema de Huawei".
Más allá de los amoríos ditirámbicos del ministro neoliberal de economía de Brasil, el polémico Paulo Guedes —quien exclamó que "Brasil adora a EEUU y yo también"—, el eterno pinochetista declaró en la Cámara de Comercio de EEUU, con el fin de seducir a los inversionistas, que su plan unilateral ostenta tres pilares: reforma tributaria para disminuir los impuestos, privatizaciones (donde descuella el petróleo) y apertura al exterior.
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A propósito, el presidente de la empresa semiestatal Petrobras, Roberto Castello Branco, afirmó que "transformará a Petrobras en lo más cercano posible a una empresa privada".
La orgía de la samba privatizadora de la dupla Bolsonaro-Guedes subasta ya 12 aeropuertos y, antes del 2022, remataría otros 44 aeropuertos que serían privatizados.
El portal chino Global Times aconseja a Brasil "buscar su optimización cualitativa industrial" en lugar de la "aprobación de EEUU".
El peor error de Bolsonaro es haber degradado a Brasil: de socio igualitario en el Olimpo de los BRICS, ahora pertenece al dependiente Grupo de Lima bajo las órdenes de EEUU.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK