Temprano por la mañana del 20 de marzo, trabajadores de la educación y estudiantes de distintas partes del país llegaron a las inmediaciones de la Cámara de Diputados e instalaron carpas en puntos estratégicos para impedir la entrada y salida del edificio.
"El actual Gobierno había prometido en su campaña que iba a derogar la ley de Reforma Educativa. Hoy estamos aquí porque inicia en la Cámara el debate de la reforma del artículo tercero impulsada por la nueva Administración", dijo a Sputnik el profesor Armando Ruiz Gordon, representante regional del sector estatales de Valles Centrales, Sección 22, Oaxaca.
Los resultados de la medición son uno de los argumentos utilizados por el Gobierno para para llevar a cabo la reforma, sugerida como "la vía para asegurar una educación obligatoria de calidad al alcance de todos los niños y jóvenes del país".
Para ello las autoridades proponen la profesionalización de la función docente, el establecimiento de estándares mínimos de funcionamiento de las escuelas, mejorar instalaciones, realizar evaluaciones periódicas de todos los componentes del sistema educativo, entre otros puntos.
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Pero para algunos estas medidas no hacen más que socavar las bases de la educación. "Exigimos la derogación total de la Reforma [Educativa] para modificar el carácter punitivo que le otorga al Estado frente a los trabajadores de la educación. Además la ley afecta el ingreso, permanencia y promoción de los maestros, y pone obstáculos al servicio de los compañeros normalistas egresados en escuelas de diferentes estados", agregó Ruiz Gordon.
En las calles linderas al Palacio Legislativo, las voces de los transeúntes recogían los postulados del conflicto. Algunos mostraban su apoyo hacia los docentes con palabras de aliento, otros, con comentarios como "estos no son los maestros que me educaron", hacían saber su descontento con la medida de fuerza.
Y en el medio de todo estaban los principales afectados por la situación, los estudiantes.
"Estamos en Ciudad de México hace más de 20 días. Exigimos que nos escuchen y nos atiendan las autoridades federales, ya que las de Chiapas no lo hacen. Pedimos el retorno normal de nuestra vida educativa, llevamos más seis meses sin clases", señaló a Sputnik Luis, un estudiante de la Escuela Normal Indígena Intercultural Bilingüe Jacinto Canek, Chiapas.
"Somos la única normal indígena en Chiapas, y una de tres en el país [junto a las de los estados de Oaxaca y Michoacán]", recordó el normalista.
Lo que a Luis le preocupa es que con la Reforma se les haya "impuesto una nueva currícula que está descontextualizada al medio indígena", que es donde se educan él y sus hermanos. Y pidió a las autoridades que den más apoyo a las escuelas como la suya, "instituciones que buscan llevar educación a los pueblos olvidados".
"Solo buscamos tener clases como lo dicta la Constitución mexicana, donde se establece que todo individuo tiene derecho a recibir una educación laica y gratuita", sostuvo.
Como él hay unos 350 estudiantes más que no están recibiendo clases, sin embargo este joven cree que las demandas van más allá de esa cifra.
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"Pasamos hambre y frío pero no nos desanimamos. Esto nos va a seguir enseñando, todo en la vida requiere un sacrificio y creemos en lo que hacemos. Es para todo Chiapas, para todo México", subrayó.
A su lado había otra estudiante de su escuela, una joven que se expresó ante este medio en su lengua, tzeltal. Luis luego tradujo su mensaje. "Estamos en pie de lucha en defensa de la educación indígena. Pedimos que nos atiendan, que no nos repriman y hostiguen. Basta de tirarnos gas lacrimógeno. Queremos regresar a nuestra escuela".