"(El hecho de no descartar tajantemente la intervención militar en Venezuela) tiene algo de querer aproximarse a Trump", comentó el académico de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ).
Trump recibió a Bolsonaro en la Casa Blanca, donde abordaron varios temas, entre ellos la situación de Venezuela.
Brâncoli y muchos otros analistas coinciden en que dentro del Gobierno brasileño conviven en tensión dos posturas: la de los militares, contrarios a cualquier apoyo a una intervención armada en Venezuela, incluso logístico, y la del entorno más ideologizado de Bolsonaro, que no ve con tan malos ojos esa posibilidad.
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En ese último grupo está el ministro de Relaciones Exteriores, Ernesto Araújo, muy alineado con EEUU, y uno de los hijos del presidente, el diputado Eduardo Bolsonaro, que a pesar de que no tiene ningún cargo en el Gobierno, ejerce prácticamente como un segundo canciller.
Aunque Brasil inauguró, en palabras de Brâncoli, la "diplomacia familiar", y el hijo del mandatario ejerce una fuerte influencia en su padre hacia posturas más radicales, cuando las discusiones más mediáticas bajan al pragmatismo del mundo político, otros sectores del Gobierno ejercen su poder y ponen límites.
"Mourao se comporta como el adulto en la sala", graficó el analista.
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En la rueda de prensa en la Casa Blanca, Trump subrayó que todas las opciones están sobre la mesa respecto a Venezuela, y Bolsonaro no sólo no descartó la hipótesis de una intervención militar, sino que sembró dudas al decir que no podía desvelar el contenido de su conversación con el presidente estadounidense por una cuestión de estrategia.
En su opinión, los EEUU están esperando "un paso en falso" del Gobierno de Nicolás Maduro (como una posible detención del autoproclamado presidente encargado Juan Guaidó, por ejemplo) para tener un pretexto sólido para actuar en el país.
Otra opción, según el profesor, es que la amenaza del uso de la fuerza sea simplemente una manera de aumentar la presión sobre Maduro, igual que se usan las vías diplomáticas o las sanciones económicas, y que nunca llegue a materializarse.