Marcelo D'Alessio estaba acostumbrándose a ser una figura mediática, entrevistado en programas de televisión y como columnista y fuente privilegiada en diversos medios impresos y digitales. Se presentaba como abogado, consultor experto en narcotráfico y agente de la Administración para el Control de Drogas de EEUU (DEA, por sus siglas en inglés).
A finales de enero de 2019, el empresario agropecuario Pedro Etchebest presentó una denuncia por extorsión en su contra, que cuenta con 22 horas de grabaciones de audio entre ellos (telefónicas y presenciales), 150 capturas de mensajería instantánea, videos y fotografías.
D'Alessio le habría exigido 300.000 dólares a cambio de evitar su procesamiento en "la causa de los cuadernos", la investigación sobre el pago de sobornos a altos funcionarios por parte de los más influyentes empresarios del país durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner.
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Esta causa es llevada adelante por el fiscal Carlos Stornelli y el juez federal Claudio Bonadio, de la ciudad de Buenos Aires. El fiscal es mencionado en las grabaciones y documentos presentados por Etchebest como el responsable de la persecución y el destinatario del dinero, aunque D'Alessio lo desvinculó después de ser detenido el 15 de febrero y dijo que el fiscal "no tenía ni idea" del soborno al empresario.
El vínculo que demostraría la cercanía entre D'Alessio y Stornelli es un video tomado por Pedro Etchebest y su hijo en el que se ve al fiscal y al falso abogado reunidos en un restaurante de la localidad balnearia de Pinamar el 20 de enero de 2019.
El empresario habría sido llevado al lugar por D'Alessio para demostrarle su relación directa con el fiscal y sellar el acuerdo. Este se habría formalizado con un apretón de manos entre Stornelli y Etchebest cuando se retiraron del restaurante, único instante en el que tuvieron contacto, denuncia el empresario.
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"Cuando llegamos a Pinamar yo estaba muy ansioso porque hasta ese momento estaba todavía escéptico. Cuando llega el fiscal, él [D'Alessio] se levanta, lo saluda efusivamente y a partir de ese momento entendí que era real, totalmente tangible", contó Etchebest a Sputnik en una videoconferencia de prensa con medios internacionales realizada con la presencia de su abogada, Natalia Salvio.
El fiscal Stornelli, entrevistado por diversos medios, dijo ser víctima de una "una operación berreta" (de mala calidad, en le) como parte de una persecución política para "ensuciar, dañar y embarrar la causa de los cuadernos". Aseguró que Etchebest nunca estuvo incluido en esa investigación, reconoció conocer a D'Alessio "por haber ido a la fiscalía a declarar algunas veces" y lo denunció por defraudación.
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El escándalo salió a la luz a través de la publicación realizada por el periodista Horacio Verbitsky en su blog, donde incluye fragmentos de los audios, chats, fotografías y videos que proporcionó Etchebest en su denuncia. Allí D'Alessio también aduce vínculos de amistad con el periodista Daniel Santoro del grupo Clarín. Este se defendió a través de una columna, dando cuenta de su relación con D'Alessio por ser una de sus fuentes judiciales.
El derrotero profesional de D'Alessio sigue siendo un gran interrogante, así como la profundidad de sus vínculos con el poder político, judicial y mediático. Si bien se descubrió que no tiene título de abogado ni de escribano y que no existe matrícula a su nombre, forma parte del sistema político y judicial desde hace años.
En el allanamiento que se realizó en la casa de D'Alessio, en un exclusivo barrio privado, se encontraron armas y chalecos antibalas inaccesibles para la gran mayoría, vehículos de alta gama, equipos sofisticados de grabación, insignias de las fuerzas de seguridad.
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En las escuchas de Etchebest, D'Alessio dice trabajar hace 20 años como infiltrado y espía en operativos para el Ministerio de Seguridad nacional y tener comunicación directa con la actual ministra, Patricia Bullrich, así como responder a las órdenes de agencias de EEUU. De más está decir que todos niegan su vinculación.