Si bien por sí solas no explican la debacle de los gobiernos progresistas, a la hora de afrontar las campañas electorales, las izquierdas latinoamericanas no han sabido sacar el mejor provecho de la hiperconexión digital y el mundo paralelo de las redes sociales.
"La derecha hace un mejor uso de estas herramientas y creemos que muchos de los países que hoy tienen gobiernos más conservadores o de derecha tienen una historia muy relacionada al ámbito empresarial", apuntó en diálogo con Sputnik Mercedes Larosa, máster en Comunicación Política por la Universidad Austral de Argentina.
"El ámbito privado ya hacía uso de estas herramientas para generar necesidades en la sociedad", agregó la experta. Se refería a las prácticas de fragmentación del mercado y segmentación de los consumidores, paradigma que, aplicado a la política, reemplaza al mercado por el electorado, a los consumidores por votantes y a los productos por candidatos.
Coautora de un informe al respecto, la académica indicó que "en los paises que estuvimos observando, las redes sociales cumplieron un rol fundamental", principalmente Facebook e Instagram, pero también Whatsapp.
Esta última plataforma fue clave en Brasil, donde Bolsonaro fue investigado por la viralización de fake news. Larrosa destacó que se trata de un medio con "una llegada directa y personal", ya que si bien la noticia parte de grupos creados "en una agencia, después se reproducen en grupos de familiares, de amigos, conocidos y cala de otra forma en la sociedad".
Larosa indicó dos casos de líderes de izquierda que están captando el valor de estas plataformas. Por un lado, el mexicano Andrés Manuel López Obrador, que aportó el único triunfo progresista relevante de la región en 2018. Y lo hizo convirtiendo a las redes como un puntal de su campaña, atrayendo así a la juventud, desencantada con las formas tradicionales de la política.
"En 2012, 90% de los jóvenes decía que no estaba interesado en la política pero sin embargo en esta última elección sí, y AMLO tuvo gran cantidad de apoyo dentro de la juventud", ejemplificó Larosa para luego agregar que "las redes tienen una impronta muy interesante porque es donde los jóvenes más se expresas e informan".
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El otro caso es el de Bolivia, donde el presidente de izquierda Evo Morales comenzó a darle valor a estas herramientas.
"Si entramos al Instagram de Evo vamos a ver que es muy dinámico, visualmente muy agradable y un mensaje que llega. Esto no era así cinco años atrás. Y solo estoy hablando de la cuestión estética y visual que quizá es lo más fácil de percibir, pero lo atrás hay un montón de programas de monitoreo, de microsegmentación que son más de programación e invisibles al público pero que sin embargo nos llegan".