"No participamos en esta sesión de Grupo de Lima, vamos a emitir un comunicado más tarde", dijo la fuente bajo condición de anonimato.
La reunión del Grupo de Lima del pasado 4 de febrero en Ottawa fue la primera en la que México estuvo ausente México, cuando el canciller Marcelo Ebrard viajó a la capital uruguaya para promover una iniciativa de diálogo entre las partes venezolanas, el Gobierno y la oposición.
La diplomacia mexicana participó por última vez en un encuentro del Grupo de Lima el 4 de enero de este año, cuando el vicecanciller para América Latina y el Caribe, Maximiliano Reyes, se abstuvo de la votación.
México y Uruguay adoptaron una política de neutralidad ante la crisis de Venezuela y convocaron a una conferencia internacional el 6 de febrero en la que propusieron una plataforma de diálogo llamada Mecanismo de Montevideo.
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En la reunión del 4 de enero en la capital peruana los países del Grupo acordaron reconocer como presidente de Venezuela al líder opositor venezolano Juan Guaidó.
López Obrador reiteró este lunes su llamado al diálogo y la negociación para buscar una salida a la crisis política.
El presidente mexicano dijo que este tema polariza con posturas de un lado y de otro, por esa razón "no puedo opinar más, porque está muy polarizado, considero que lo mejor es el diálogo y alejar la tentación del uso de la fuerza, que se busque una solución diplomática".
El mandatario ratificó que, con la postura del Gobierno de México de neutralidad "nos ajustamos a que se respete la voluntad de los pueblos y que se busque solucionar los problemas de manera pacífica; solución pacífica de las controversias, somos partidarios de la no violencia".
A la reunión de Bogotá asiste el vicepresidente estadounidense Mike Pence.
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México ha mantenido una postura neutral, sin desconocer ni reconocer a Maduro como presidente de Venezuela, ni al líder de la oposición venezolana, Guaidó.
El 5 de enero el diputado Juan Guaidó fue elegido presidente de la Asamblea Nacional, parlamento unicameral en desacato desde 2016.
El 23 de enero, dos días después de que el Tribunal Supremo anulara su designación, Guaidó se autoproclamó "presidente encargado" de Venezuela, apelando a un artículo constitucional que prevé esa figura.
El presidente Nicolás Maduro, quien asumió su segundo mandato el 10 de enero tras unas elecciones que la oposición boicoteó, calificó la declaración de Guaidó de intento de golpe de Estado y responsabilizó a EEUU de haberlo orquestado.
Guaidó fue reconocido de inmediato por los EEUU, a los que se sumaron unos 50 países, incluidos casi todos los de la Unión Europea.
Rusia, China, Cuba, Bolivia, Irán y Turquía, entre otros países, siguen apoyando al Gobierno de Maduro.