Cuando la situación económica en Argentina apenas inicia el camino de la crisis, otra mala noticia tapa una vez más la luz al final del túnel. Según un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), el país ya es el más endeudado de todo el subcontinente, y esto sólo toma en consideración el primer desembolso de 15.000 millones de dólares del total de 57.000 millones que le solicitó al Fondo Monetario Internacional (FMI) en 2018.
En 2001, año en que la Argentina cayó en default y suspendió los pagos de su deuda externa, ésta no superaba los 133.000 millones de dólares y la relación con el PBI saltó del 54% al 166% en el primer año de la crisis, el peor de la historia reciente. En 2015, año en el que asumió Mauricio Macri, la deuda pública rondaba los 240.000 millones de dólares y representaba un 52,6% del producto bruto interno.
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"La deuda lo que genera es un mecanismo de coerción porque, al no ser sostenible en el tiempo, obliga a recurrir a organismos internacionales que auxilien, como de hecho pasó, y de la mano del FMI vienen nuevos condicionamientos en el manejo de las cuentas públicas y reformas", dijo a Sputnik Francisco Cantamutto, economista e investigador.
El Fondo Monetario sigue de cerca las cuentas públicas y demanda un fuerte ajuste económico para lograr eliminar el déficit fiscal.
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Cantamutto recordó que, de acuerdo a los memorandos que han surgido de los acuerdos con el FMI y sus revisiones, el organismo exige avanzar con una reforma de la Carta Orgánica del Banco Central, en la privatización de activos del Estado —incluyendo terrenos— y en reformas previsional y laboral, asuntos que serían parte de la agenda en el corto o mediano plazo.
"El FMI lo que hace es explícitamente imponer la agenda de lo que quiere realizar. El llegar a un acuerdo con el Fondo no es una señal de solvencia sino de crisis y pérdida de soberanía, teniendo que rendir cuentas a ellos antes que al pueblo argentino", dijo Cantamutto.
"Esto se parece mucho a lo que ocurrió en el caso de Grecia, donde llegaron a tener casi un centenar de funcionarios en distintos ministerios tutelando lo que se decidía", sentenció el economista, miembro de la Sociedad de Economía Crítica (SEC) de Argentina.