"Estados Unidos se siente preocupados por la continua tensión en el sur de Libia, que ha prolongado el cierre de infraestructuras petroleras críticas y privado a todos los libios de recursos económicos. Hacemos un llamado a todas las partes para establecer un acuerdo de seguridad mutuamente aceptable", declaró el portavoz del ente, Robert Palladino.
Libia continúa sumida en una crisis desde que el derrocamiento de su líder histórico, Muamar Gadafi, en 2011, derivara en una dualidad de poderes, choques entre grupos rivales, proliferación de grupos yihadistas y mafias que trafican con migrantes ilegales de África a Europa.
El Ejército de Liberación Nacional Libio, al mando del mariscal Jalifa Haftar, actúa en el este del país y se niega a reconocer al Gobierno de Unidad Nacional, de Fayez al Sarraj, establecido en Trípoli y reconocido como legítimo por el Consejo de Seguridad de la ONU.
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