Bolsonaro fue dado de alta en la tarde de este miércoles 13 del Hospital Albert Einstein de San Pablo luego de 17 días de internación. Había sido ingresado para ser sometido a la tercera cirugía abdominal desde el atentado en su contra el 6 de septiembre del año pasado durante la campaña electoral, pero una neumonía agravó su cuadro y lo obligó a prolongar su estancia.
El militar dijo que apoya el aborto en determinadas circunstancias, a diferencia de Bolsonaro, que lo rechaza de plano. También opinó que el encarcelado expresidente Luis Inácio Lula Da Silva debía concurrir al velatorio y entierro de su hermano muerto el 29 de enero, cuestión que Bolsonaro no permitió.
"Mourão se fue transformando del aguerrido y agresivo en la campaña al hoy gentil y accesible. Un ejemplo es que tiene al lado de su despacho una sala para los periodistas, cosa que Bolsonaro, si puede evitarlos, es lo primero que hace", dijo a Sputnik el doctor Ciencia Política Andrés del Río Roldán, profesor en la Universidad Federal Fluminense.
"Se coloca como la garantía de la sensatez, pero eso puede conducirnos a error", advierte Del Río, al recordar que Mourão "o es exactamente un pacificador genial y accesible, pero tiene el beneficio de que al ser el presidente más bombástico con sus declaraciones, parece un moderado".
Tanto Mourão como Bolsonaro reivindican la dictadura militar y legitiman la violencia como solucionador de los conflictos, aunque esa coincidencia no evita las disputas por parcelas de poder y la desconfianza mutua.
Para Del Río, lo más grave de estos primeros días de Gobierno son los escándalos de corrupción del clan Bolsonaro, y los "vínculos con las milicias y con los agentes (…) que mataron a la legisladora Marielle Franco".
Según el experto, Bolsonaro consolida una forma de ver el mundo "donde la legitimación de la violencia, la prepotencia y mostrar que son el orden por fuera del Estado de Derecho, es la forma de garantizar una paz social", concluyó.