La visita de oficiales del Fondo Monetario Internacional (FMI) irrumpe en Argentina en un momento en que se termina de definir el calendario electoral de cara a los comicios nacionales y provinciales y cuando se comienzan a concretar las postulaciones de los candidatos, aunque los principales contendientes todavía guardan reserva.
Preocupado ante la posibilidad de un cambio de mando en el Gobierno debido al bajo nivel de popularidad del presidente Mauricio Macri, el FMI, el principal acreedor del Estado, que le otorgará un total de 57.100 millones de dólares, sigue de cerca la política local, tan atento a lo que vendrá después de los comicios como al balance fiscal actual.
El Gobierno recibió a Roberto Cardarelli, representante del FMI encargado de supervisar la situación argentina, quien lidera la comitiva que revisará las cuentas públicas para determinar el cumplimiento de las metas fiscales y monetarias que permitirán la nueva línea de crédito de 10.700 millones de dólares. Se trata de la tercera misión en venir al país desde la firma del acuerdo con la entidad multilateral en septiembre de 2018.
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Pero esta vez, además de las lógicas reuniones con representantes del Banco Central y los ministros, los representantes del organismo internacional se entrevistarán con el gobernador de la provincia de Salta, Juan Manuel Urtubey. Además, se analiza un posible encuentro con Roberto Lavagna, ex ministro de Economía entre 2002 y 2005, reconocido como uno de los responsables de sacar al país de la crisis que dejó el default de 2001. Ambos son considerados posibles candidatos a presidente dentro de la oposición peronista.
"Sería lógico si las reuniones fueran con candidatos, pero todavía no son candidatos confirmados. Al ser solamente dirigentes políticos, lo que hace es confundir las cosas porque convierte, para la percepción de cierto público, a algunos en 'candidatos serios', con 'futuro', cuando la gente ve que son consultados por el mundo, y hace de los otros 'descartables', como si no existieran. Me parece que es una intromisión en cierto sentido", dijo a Sputnik Enrique Zuleta Puceiro, analista y consultor político.
Zuleta Puceiro aseguró que entiende la posición de los emisarios en querer entrar en comunicación con los referentes políticos ante un escenario donde se abre la posibilidad de un cambio democrático. Sin embargo, aclaró que, según su opinión, "ofrece un argumento a quienes, en una proporción muy mayoritaria, están en contra de la intervención del Fondo, que tiene un rechazo de más del 65% de la gente".
"No dudo de que algunos candidatos van a aprovechar eso. No va a traer ningún efecto bueno en la Argentina en el sentido de que le va a dar lugar a muchos oportunistas para colocarse en defensores de la Patria y a otros oportunistas para colocarse el cartel de 'serios' por su llegada a los organismos internacionales", dijo.
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El depósito de 10.700 millones de dólares del FMI llegaría en marzo si la misión determina que se están cumpliendo las metas fiscales y monetarias, y representa gran parte del financiamiento con el cual el Gobierno pretende asegurar la estabilidad hasta 2020 y tomar algunas medidas paliativas más cercanas a las elecciones que potencien el voto hacia el oficialismo.
"Argentina en este momento no necesita tanto capital extra porque con el dólar quieto pudo comprar algo de reservas y está todo un poco más tranquilo por ahora. También es verdad que estamos en un año electoral y estamos entrando en la recta final antes de las elecciones y es probable que pueda haber después alguna corrida cambiaria", dijo a Sputnik Nicolás Litvinoff, director de Estudinero.net.
"El Fondo Monetario va a pedir más muestras de que la Argentina se dirige hacia el lugar donde quiere el FMI, que tiene que ver con subir la edad de jubilación y hacer una reforma laboral. No creo que en este momento estén dadas las condiciones a nivel social para que eso suceda, menos en un año electoral, así que ahí pueden haber algunas tensiones", analizó.