El deshielo acelerado en las latitudes árticas y los glaciares en Groenlandia conlleva riesgos infravalorados, advierten los científicos —de Canadá, Nueva Zelanda, el Reino Unido, Alemania y EEUU— en su reciente informe, publicado en la revista Nature.
Según el estudio, la temperatura promedio de la Tierra aumentará en 3 o 4 grados por encima del nivel preindustrial. Lo que, a su vez, liberará una gran cantidad de agua derretida de Groenlandia y la capa de hielo de la Antártida que entrará en el Océano Mundial.
"Según nuestros modelos, esta agua del deshielo causará perturbaciones importantes en las corrientes oceánicas y cambiará las tasas de calentamiento global", señala Nicholas Golledge de la Universidad Victoria en Wellington, Nueva Zelanda, uno de los autores de la investigación.
Los científicos combinaron imitaciones detalladas de los complejos efectos climáticos del deshielo con las modernas observaciones satelitales sobre las tasas de derretimiento.
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Los modelos, hechos por la profesora Natalia Gómez de la Universidad canadiense McGill, demostraron que el aumento máximo del nivel del mar podría ocurrir entre 2065 y 2075.
No obstante, los efectos del deshielo no se limitan al aumento del nivel del mar. A medida que las aguas cálidas penetren en las profundidades de los océanos, por ejemplo, el Atlántico, las corrientes, incluida la Corriente del Golfo, se debilitarán significativamente.
Esto, a su vez, conducirá a un aumento de la temperatura de la atmósfera en las latitudes árticas, al este de Canadá y en América Central, y a un enfriamiento en la parte noroeste de Europa al otro lado del Atlántico.
Mientras tanto, la glacióloga María Anánicheva, investigadora principal del instituto de Geografía de la Academia Rusa de Ciencias, dijo a Sputnik que es muy complicado hacer pronósticos para finales del siglo.
"Creo que los modelos actuales no son perfectos (…) Todavía hay mucha incertidumbre y puede haber sorpresas. Sin embargo, hace falta tomar en cuenta estas investigaciones alarmistas, porque sí que pueden hacerse realidad con una probabilidad del 50%", señaló.
Anánicheva, candidata a doctora en ciencias geográficas, participó en la investigación sobre el estado del Ártico, llevada a cabo por los científicos rusos.
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"La conclusión a la que llegamos es que todos los glaciares del Ártico se han reducido, todos. Algunos son grandes. Pueden reducirse solo cuando se trata de un calentamiento de muchos años, décadas. Esto significa que el cambio climático en el Ártico ha estado en curso durante muchos años", explicó.

Según Anánicheva, la situación se complica aún más con la desaparición del hielo marítimo, lo que "hace que el océano se vuelva más oscuro".
"Y los objetos oscuros absorben más calor. Resulta que el Ártico se calienta a sí mismo".
La científica se unió a la advertencia de sus colegas extranjeros de que se presta poca atención al calentamiento y se designan pocos fondos a las investigaciones de las consecuencias del deshielo.