Este 6 de febrero se conmemora el Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina. Hayat Traspas, cofundadora de la ONG española 'Save a Girl, Save a Generation' dialogó con Sputnik sobre los orígenes de esta práctica que datan desde la época de los faraones.
La ablación femenina consiste en la extirpación parcial o total del clítoris y se puede realizar de varias formas. "Pero independiente de la forma en que se realice, el objetivo es controlar la sexualidad de las mujeres, sus deseos y así conducir su vida", aclaró.
Hoy día se practica en más de 30 países de Asia, África, y hasta en Sudamérica, donde algunas etnias colombianas mantienen este flagelo a pesar de la condena internacional.
"No se puede ignorar esta práctica, no podemos estar desconectados porque es algo que lleva existiendo desde hace tantísimo tiempo y al día de hoy las mujeres seguimos luchando contra ello", alertó la experta.
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Desde España, los representantes de esta ONG reclaman a las autoridades de la Unión Europea actualizar los estudios sobre esta práctica para comprobar las cifras de casos reales. Según estimaciones, esta puede haber disminuido pero existen evidencias que indican que continúa realizándose.
Según Traspas en España no existen estudios desde 2015 y los que hay son muy generales. Por ejemplo, se dice que 18.000 niñas están en riesgo.
"En otros países de Europa donde la migración es mayor, la cifra es superior. Pero esos números se basan en el censo, donde las personas están registradas por nacionalidad y no por etnia, de ahí que no todos los nacionales de un país están en riesgo. Por eso hay que hacer un estudio más exacto para saber a qué nos enfrentamos", indicó.
Traspas también habló en primera persona. Su madre, fundadora de esta ONG, nació en Kenia, donde conviven 51 etnias de las cuales 21 practican la ablación. Traspas nació en Somalia donde la tasa de la práctica es del 98%. "¡Allí es una barbarie! La gente no sabe lo que es no ser mutilada", expresó.
En Somalia la ablación se realiza en todos los niveles sociales. Apoyados en la religión y la cultura, se generalizó la idea de que es lo mejor para las niñas y futuras mujeres. "Pero esto es incierto porque ninguna religión lo avala, y culturalmente tampoco se puede dañar a la mujer, entonces es muy complejo", indicó.
La ablación también está ligada directamente a otras formas de dominación de niñas y mujeres, como el matrimonio forzado. Esto asegura desde la infancia que esa niña se mantenga virgen y pura, hasta que un hombre la elija para el casarse.
"También hay mucho mitos entre etnias que es necesario desmentir. Algunos piensan que en el parto, un clítoris no cortado puede producir ceguera a la matrona y otros piensan que puede crecer hasta hacer competencia a los órganos masculinos", reveló la activista.
La OMS y otras instituciones internacionales condenan y exigen el fin de la ablación genital femenina. Para que esto sea una realidad, desde la ONG Save a Girl, Save a Generation, apuestan a proporcionar información y generar redes de apoyo a quienes la combaten.
La madre de Traspas fue víctima de la ablación y de un matrimonio concertado, pero gracias a su lucha consiguió liberarse y criar a su hija en un entorno fuera del alcance de esta violencia. Ella salvó a una niña, y así consiguió salvar a la siguiente generación, sus nietas. Ninguna está mutilada.
Su historia la inspiró a fundar en España esta organización, que hoy se extiende hasta Kenia para contribuir también desde allí a un mundo donde las mujeres y las niñas sean libres de la mutilación genital femenina, los matrimonios forzados y toda forma de violencia de género.
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