En Quito llegaron de todas partes, vestidas de negro, en bus, en taxi, a pie; llegaron solas, acompañadas de amigas o amigos, de familiares, con bebés en brazos o niños de la mano y hasta con mascotas, con carteles y entonando cánticos.
Páez asistió a la marcha con sus dos hijas, Mirian, de 12 años, y Belén, de 11.
"Yo quiero apoyar no solo a la mujer sino al ser humano para que tomemos conciencia de la violencia", dijo a Sputnik Mirian, mientras que su hermana enfatizó que no es justo que las mujeres no puedan andar tranquilas por la calle.
Las mujeres se concentraron en el tradicional Parque La Carolina, al centro norte de Quito, y caminaron por casi tres horas hasta la Fiscalía de la Nación, en el centro de Quito, gritando consignas y apoyadas con pitos y tambores para exigir justicia y máxima pena en caso de agresiones, violaciones y femicidios.
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Una agresión sexual grupal a una mujer de 35 años por parte de tres hombres, en Quito, y el asesinato en Ibarra (norte) de una joven de 22 años con 4 meses de embarazo a manos de su expareja, de nacionalidad venezolana, fueron los casos que en los últimos días exacerbaron los ánimos y detonaron la autoconvocatoria a través de redes sociales.
José Riofrío, maestro de 53 años, también fue a la marcha; llegó solo, pero se encontró con varios conocidos y amigos.
"No podemos ser indiferentes ante la violencia que vivimos; tengo madre, hijas, hermanas, amigas, sobrinas, primas, por todas ellas y por mí mismo estoy aquí", señaló Riofrío, mientras llamaba por celular a sus familiares que llegaron antes, para marchar juntos a la Fiscalía.
Las marchas de este 21 de enero fueron convocadas por grupos de mujeres, de feministas, de derechos humanos, activistas, estudiantes universitarios, entre otros.
Otras manifestaciones contra la violencia de género se realizaron este 21 de enero en al menos 10 ciudades del país.