"Las condiciones de vida [en Rukban] se han vuelto aún más catastróficas; como reconocen los representantes del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados [ACNUR], la situación se está desarrollando 'de mal en peor", declaró el general.
Rusia y Siria creen que las tropas de Estados Unidos y sus aliados siguen controlando ilegalmente la zona de 55 kilómetros alrededor del campamento, sin dejar entrar a las tropas del Gobierno.
Según la Organización Mundial de la Salud, la gente en Rukban muere por hipotermia e insalubridad, sufre cada vez más enfermedades de la piel, gripe, sarampión, tuberculosis, asma, mientras que no hay atención médica adecuada, además, existe una "situación grave con combustible y electricidad".
"Al mismo tiempo, los residentes del campamento no pueden abandonarlo", subrayó Mízintsev.
Según el general ruso, la base militar de EEUU, que está cerca del campamento a pesar de la retirada anunciada de las tropas estadounidenses de Siria, "sigue allí y no tiene problemas de abastecimiento".
"Lo hacemos de manera abierta y honesta, si EEUU realmente, como dicen, persigue objetivos abiertos y puramente humanitarios en este proceso, entonces, ¿qué les impide hacer lo mismo y demostrar claramente que la ayuda humanitaria llega a quienes la necesitan? y no en manos de combatientes, como pasó con su primer convoy humanitario", dijo Mízintsev.
Según él, Rusia "realmente espera" una "respuesta adecuada" de Estados Unidos.
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El campamento de Rukban, ubicado en una zona controlada por EEUU cerca de su base en Al Tanaf, alberga a personas, en su mayoría mujeres y niños, que huyeron de la guerra y ahora son de hecho rehenes de las facciones armadas que operan en la zona.