El Grupo de Lima reunido el 4 de febrero instó a la comunidad internacional a no permitir que el Gobierno de Maduro efectúe operaciones financieras y comerciales en el extranjero y pidió a las Fuerzas Armadas venezolanas mostrar lealtad al autoproclamado presidente Guaidó.
"Estaba claro que tarde o temprano eso tenía que suceder, porque los países del Grupo de Lima, excepto México, reconocen a Guaidó como presidente interino de Venezuela (…), es la continuación de la presión que se ejerce sobre el Gobierno de Maduro", declaró el profesor de la Facultad de Relaciones Internacionales.
El propio Maduro señalo que el proceder del Grupo de Lima le "dio ganas de vomitar y de reír".
El Grupo de Lima surgió en agosto de 2017 para hacer seguimiento permanente a Venezuela y ejercer presión sobre "el régimen ilegítimo" de Nicolás Maduro; al comienzo lo integraron 12 países: Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay y Perú, más tarde se les unieron Guyana y Santa Lucía.
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El 23 de enero, el presidente de la Asamblea Nacional (Parlamento venezolano de mayoría opositora), Juan Guaidó, se autoproclamó "presidente encargado del país" por el período del ejercicio del Gobierno provisional.
Maduro afirmó ser presidente constitucional y calificó de "marioneta de EEUU" a Guaidó.
Rusia, China y otros Estados expresaron su apoyo a Nicolás Maduro como presidente legítimo de Venezuela, una fuente de Sputnik en Bruselas informó el 4 de febrero que Italia bloqueó la declaración de la Unión Europea sobre el reconocimiento de Guaido como presidente interino de Venezuela.