La frase se puede aplicar con todo rigor al papelón de Jair Bolsonaro en el Foro de Davos, donde tenía 45 minutos para explicar su programa de gobierno ante la crema de los empresarios del mundo, pero la inspiración se le agotó en apenas seis y medio. Peor aún, dejó plantados a los medios y a los organizadores al suspender la rueda de prensa, que todos los mandatarios ofrecen, junto a tres de sus ministros.
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"La mediocridad es peligrosa", reflexiona Brum, ya que el presidente se comporta como un hincha de fútbol. "Me dio miedo", dijo el Nobel de Economía Robert Shiller: "Brasil es un gran país que merece algo mejor". Una personalidad como la Bolsonaro al frente de un país de 200 millones de habitantes y la décima economía del mundo, no puede dejar de preocupar incluso a quienes lo apoyaron.
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— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) February 3, 2019
Uno de sus hijos, Flavio, senador electo y diputado de Río de Janeiro durante cuatro mandatos, se enriqueció de forma muy rápida con cantidades muy por encima de sus ingresos, por lo que están siendo observado porque se sospecha corrupción. Peor aún, estaría involucrado con grupos paramilitares como "Escritorio del Crimen", el responsable del asesinato de la concejal Marielle Franco.
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El vicepresidente, el general Hamilton Mourao, ha desmentido decisiones de Bolsonaro y de su canciller, como la promesa de campaña de que Brasil trasladaría la embajada en Israel a Jerusalén. Algunos países árabes como Arabia Saudí presionan para cortar las importaciones de carne brasileña si se llegara a concretar.
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En los medios políticos se suceden las especulaciones que van desde un impeachment a Bolsonaro, hasta un "golpe suave" para apartarlo del poder o dejarle un papel decorativo. El periodista brasileño Pepe Escobar señala que la red Globo tendría un "documental explosivo que muestra que el atentado con cuchillo que sufrió en septiembre pasado, durante la campaña electoral, era en realidad un truco".
La primera puede sintetizarse en la adquisición de Embraer por Boeing. Bolseando decidió aprobar la venta sin ejercer el derecho de veto que le otorga la posesión de un acción de oro. La nueva sociedad tendrá una estructura en la cual Embraer controlará el 20% y Boeing el 80%, mientras el desarrollo del avión de transporte militar KC-390, realizado enteramente por la brasileña, quedará con 51% para Embraer y 49% para Boeing. Sólo la aviación ejecutiva y de defensa quedarán en manos de Embraer. Por esta operación la brasileña recibirá 3.100 millones de dólares, después de impuestos y gastos de la transacción.
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Embraer entregó a Boeing su parcela más lucrativa, siendo la tercera fabricante de aviones comerciales del mundo y vanguardia en los de un solo pasillo. La pregunta que muchos se hacen es si podrá sobrevivir una empresa que fabrica sólo aviones ejecutivos que representan apenas el 26% de la facturación total. El primer problema es la deserción previsible de ingenieros, los cerebros en este tipo de empresas, y nada menos que 4.500 de los 16.000 empleados de Embraer.
Según la economista, es la empresa más innovadora del país y "la principal exportadora de productos de alta intensidad tecnológica capaz de generar desarrollo junto al Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales y al Departamento de Ciencia y Tecnología Aeroespacial". Una empresa de este porte trabaja con decenas de otras, que le suministran productos de alta tecnología conformando un polo tecnológico de avanzada, que ahora quedará muy reducido.
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La segunda cuestión es que Brasil queda sometido, por voluntad expresa de sus gobernantes, a ser un mero satélite de EEUU. Según el director del Instituto de Estudios Latino Americanos (IELA), Nildo Ouriques, el sector militar encabezado por Mourao que tiene el verdadero poder en Brasil, "sólo piensa en agradar a Estados Unidos". En su opinión, esta actitud que define como "agringamiento", se relaciona con la dictadura militar (1964-1985) que "pasó a la reserva entre 10 y 12.000 oficiales acusados de nacionalistas o comunistas".
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Es evidente que un gran país que pretenda ser potencia emergente y referencia para sus vecinos debe contar con una economía con tecnologías de punta y, sobre todo, debe tener una personalidad propia. La naciones que se someten a una gran potencia, no pueden jugar el papel de líderes o referentes, menos en un período de grandes cambios y sacudones geopolíticos como el actual.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK